Quizá por sus peculiares reglas de operación, la Guía Michelin (GM) gravita con un halo de misterio que da origen a “mitos geniales” y otras invenciones menos elaboradas.
Con más de un siglo y posicionada como la más importante del mundo, por los buenos resultados económicos que genera, es previsible que seguirá operando así durante mucho tiempo más.
Debido a esa secrecía, se han publicado algunas historias incompletas sucedidas desde su llegada al mundo gastronómico en México; pero aquí van algunos detalles plenamente verificados.
Para comenzar la GM firmó un acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac), cuya presidenta ejecutiva es Daniela Mijares, para revisar los restaurantes mexicanos de 2024 a 2028.
En 2025 regresará a los mismos seis estados y/o destinos ya incluidos, es decir Monterrey, Quintana Roo, Baja California, Los Cabos, Oaxaca y la Ciudad de México.
A partir de de 2026 se podrán sumar otros y aunque fue un verdadero triunfo que la Guía llegara a México, ya hay una fila discreta de otros que se quieren incorporar.
Una anécdota divertida, seguramente los empresarios de su estado no opinan lo mismo,la protagonizó Michelle Fridman pues en la exploración previa que hizo GM para ver si México calificaba o no, ella recibió la propuesta para que Yucatán fuera el primer estado en ser evaluado.
La secretaria de Turismo, quien está a días de perder su chamba por el cambio de gobierno, “bateó” a los franceses con uno de sus tantos desplantes de altanería.
Pero cuando la llegada de la GM resultó un éxito y su gobernador le “jaló las orejas”, ella viajó a París para entrevistarse con Gwendal Poullennec, director internacional de las GM, quien no olvidó aquellos malos tratos previos.
Así es que Fridman, quien “baila” al son que le tocan las personas importantes, no logró nada con sus caravanas a los franceses y regresó a Yucatán con las manos vacías.
Antes, y aunque había acordado no difundir su visita a Poullennec, publicó una foto en sus redes sociales y dijo que estaba luchando para entrar a la GM cuando el error (¿u horror?) de origen lo cometió ella misma.
Canirac financió la primera vista de inspección y firmó el compromiso de ser la contraparte en México, por lo que tuvo que demostrar que no habría conflicto de intereses y que no se beneficiaría económicamente.
Después hizo el enlace con entidades y organismos que pagaron propiamente la visita de los inspectores.
La cantidad fue igual para todos, una cifra que se mantiene resguardada según el acuerdo de confidencialidad.
Como referencia, Enrique de la Madrid siendo secretario de Turismo no estuvo de acuerdo en que el ahora extinto Consejo de Promoción Turística devengara en 2017 alrededor de un millón de dólares para que la GM viniera a México.
Para Canirac esta historia no ha sido fácil, pues no todos los restaurantes mencionados o galardonados son sus socios; además algunos miembros que, incluso, hicieron aportaciones se quedaron fuera.
Lo mismo que algunos de sus aliados más reconocidos, como el chef Ricardo Muñoz Zurita a quien Canirac le acaba de dar un reconocimiento por su trabajo de investigación y su mentoría a los cocineros mexicanos.
A cambio, consiguió incluir a México en una guía que les genera valor a los productores agropecuarios, a los restaurantes, al turismo y a la marca país.