Según los últimos datos del Instituto Nacional de Migración, tanto el mercado de los viajeros estadounidenses como el de los canadienses que vienen a México se siguen recuperando; pero ahora el faltante es el turismo británico.
De hecho los viajeros colombianos ya se han convertido en el tercer mercado emisor hacia México; cuando antes de la pandemia los británicos tenían esa posición.
Cada mercado tiene sus características y por mucho el estadounidense es el más rentable para México.
El viajero estadounidense está acostumbrado a gastar por encima del promedio, pero además no es un público particularmente exigente.
En los hoteles de playa en México especializados en ese mercado, ya saben que a los estadounidenses les gusta cenar temprano, que en promedio no dedican más de una hora a esa actividad incluso en las llamadas cenas románticas.
Además cuando terminan se van a los bares y la costumbre es pedir unas cervezas y algún licor; esto es excelente para los hoteles “todo incluido” pues sólo necesitan tener bares con barras largas, buen ambiente y el costo de estos viajeros es relativamente bajo para ellos.
En cambio los mexicanos son mucho más costosos, pues hacen sobremesas largas, lo que evita usar más las mesas y además buscan qué lo más caro de las barras y allí enfocan sus pedidos.
El viajero colombiano se caracteriza por ser medido en sus gastos y también por hacer en México estancias cortas de cinco días a máximo una semana.
Mientras que los británicos, acostumbran venir por dos semanas y aunque también optan por paquetes en hoteles todo incluido y cuidan sus presupuesto, México les resulta muy barato debido a la paridad del peso contra la libra esterlina algo que los alienta a gastar.
La falta de visitantes británicos tiene consecuencias indeseables para el negocio turístico mexicano, no sólo en términos del número de habitaciones que no ocupan sino a la derrama que tampoco está llegando.
Hace 10 años había una situación parecida y el Consejo de Promoción Turística de México, entonces bajo la conducción de Rodolfo López Negrete, lanzó una campaña muy agresiva para promover México en los mercados británicos.
Una fiesta espectacular en la Torre de Londres; una muestra gastronómica en el Museo de Historia Natural y todo coordinado en torno al World Travel Market (WTM), la feria de turismo británica que se realiza habitualmente en noviembre, fueron el prólogo de una campaña de publicidad y otra de relaciones públicas con los medios y la industria.
El gobierno mexicano invirtió más de 10 millones de dólares en todo eso, lo que para algunos pudo haber sido un derroche injustificable en un país con tantas carencias como México.
Pero los resultados fueron notables y Gran Bretaña se convirtió en el tercer país emisor de viajeros a México, que en algunos años superaron los 600 mil.
Es obvio decir que la inversión estuvo plenamente justificada, pues el negocio que esto generó para México tuvo grandes frutos.
Hoy haría falta una campaña de reposicionamiento de México en el mercado británico, pero como país no existen los recursos ni el organismo capaz de orquestar la estrategia y sólo algunos destinos como Los Cabos y el Caribe Mexicano pueden hacer esfuerzos aislados.
Un ejemplo concreto de cómo el vilipendiado CPTM, tenía el músculo para generar resultados que le hacen falta al país.