Bogotá. Alejo Sánchez Cano, columnista de El Financiero, publicó ayer: “Torruco el primer despido de AMLO” y en la Feria de Turismo de Colombia (Anato), la historia corrió como liebre y muchos la dieron por cierta.
El video que difundió Miguel Torruco, el Secretario de Turismo, para presentar su estrategia con imágenes del presidente López Obrador junto a un letrero de Morena, violó la ley al utilizar recursos gubernamentales para producir una historia que menciona a un partido político.
Una cosa es que AMLO haya ordenado públicamente bajar el video de los canales digitales del gobierno federal y otra que despida al primer miembro de su gabinete.
Más allá de su simpatía por Torruco, se estaría aporreando a sí mismo pues mostraría que el precio para cesar a uno de los colaboradores de su equipo cercano son unos 50 artículos negativos publicados en una semana más unas miles de “pintas” en las redes sociales.
Además el “pecado mortal” de Torruco sería anteponer su fascinación hacia su amigo el Presidente, en vez de apoyar las decisiones correctas que requiere esta industria para que el turismo crezca.
El secretario Torruco dice en público y en privado que él ya cumplió y que le heredará tres “medallas de oro” a sus hijos: La presidencia de la Asociación de Hoteles; la de la Confederación Nacional Turística y la Secretaría de Turismo.
Pero en ese plano Torruco también podría pasar a la historia como el Secretario de Turismo que permitió la desaparición del Consejo de Promoción Turística; que apoyó la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la CDMX; que permitió le redujeran el presupuesto a Sectur a la mitad junto con la eliminación del programa de Pueblos Mágicos y que fue incapaz de mostrar una ruta viable para que el turismo mexicano avance.
Muchos mercadólogos han criticado aquí en ANATO que un emprendedor, Víctor Romero, haya apostado su dinero para montar un stand para 15 expositores, por la falta del CPTM, con una aplicación patito de la Marca México.
Lo hizo porque Sectur no respondió a su petición para usarla, aunque estuvo tocando la puerta desde el tres de enero.
Al autor de Veranda le consta que al menos uno de los amigos de Torruco, de esos que hablan con la verdad, le dijo el año pasado: “Miguel no dejes que desaparezcan el CPTM, mejor renuncia antes de que pase esa barbaridad”.
Pero él no lo oyó y ahora esa tercera “medalla de oro” lo puede convertir también en el sepulturero de Sectur; así que la mayor paradoja sería haberse ganado el derecho a tener su retrato al lado del resto de los ex secretarios de Turismo, pero que ya no exista una pared para colgarlo porque la dependencia se degradó a subsecretaría.
Torruco literalmente lloró el domingo pasado en Chetumal cuando le agradeció a AMLO, con la voz anegada, que lo hubiera invitado a ser Secretario.
El Presidente difícilmente lo despedirá por ignorar las leyes electorales; pero ya es momento de que los capitanes del turismo, y el resto de sus amigos reales, le digan que de seguir por este camino todos, incluido él, van a terminar perdiendo.