Todo comenzó en los años noventa, cuando American Express decidió abrir sus puertas a ese sistema tan desarrollado en el mundo del comercio que se llama franquicias. La operación se convirtió en el gran reto de las agencias de viajes en México, y aunque varios no cumplieron con los requisitos de la agencia de viajes-tarjeta de crédito, al final se consiguió un buen potencial de afiliados. Amexco no quiso nunca ofrecer el sistema a nuevas agencias y tan solo permitió conversiones, es decir, agencias existentes que adoptaban el apellido American Express y con ello obtenían una serie de beneficios.
Así con el tiempo, sin que nadie se lo propusiera, de las muchas agencias de viajes franquiciadas empezó a nacer un liderazgo natural que poco a poco fue cautivando a este nuevo sector que se había conformado.
Una empresa de tamaño mediano grande, de esas que se encuentra entre las cincuenta agencias de viajes de mayor tamaño en México, logró prosperar y ascender en esta escala de los grandes productores de nuestro país, para ubicarse dentro de los primeros veinticinco, medidos no nada más por sus ventas de boletaje, sino mostrando también sus ventas de productos, como son paquetes, cruceros, etc.
La empresa: Viajes Intermex, su socio principal y líder indiscutible, Lorenzo Salsamendi
Podría decirse que Lorenzo es de esas personas que toda su vida ha pertenecido al sector turístico. Durante muchos años fue el Director de la Escuela de Turismo de la Universidad Anáhuac del norte, misma a la que sigue perteneciendo, hoy como consejero, al lado de su director actual Francisco Madrid.
Los Salsamendi: Lorenzo y su hermana María Elena, mejor conocida como la “Nena”, ingresaron al medio de las agencias de viajes adquiriendo Viajes Intermex, créalo usted o no: vía Viajes a las Estrellas, una historia romántica que podrá ser motivo de otro artículo.
Con el ingreso de Raúl Lazo de la Vega, hoy más que socio, ya que se ha convertido en el gran amigo de ambos, la empresa empezó a crecer y prosperar hasta llegar de una pequeña y estrecha casona, por allá de la colonia Anzures para pasar a una majestuosa oficina en el ya famosísimo “edificio del árbol”, allá en pleno Periférico y Palmas.
Salsamendi, cautivó sin darse cuenta por su gran personalidad y carisma y un día de la noche a la mañana comenzó a participar en la Asociación Metropolitana de Agencias de viajes y la consecuencia fue más que obvia cuando en el año de 2004 alcanzó la Presidencia con una arrolladora unanimidad.
Y aquí comienza esta nueva aventura que emprendió hace ya algunos meses. Un día sin más ni más, fue llamado a las oficinas generales de American Express y en una forma discreta y muy cuidadosa le ofrecieron un nuevo negocio. Lorenzo se enteró de lo que se trataba hasta la tercera reunión.
Más de un año de pláticas y convenios, todos ellos muy serios y muy formales. Más de 4 veces se arrepintió y se quería salir del megaproyecto que les ponían en frente. Al final lo tomó. El reto le llenaba de ilusiones, su fortaleza y sus excelentes conocimientos del negocio lo empujaron hacia adelante. Así, después de haber contratado toda clase de asesores legales, financieros y mercadólogos, compraron las doce oficinas de American Express viajes esparcidas por el territorio nacional
Hoy American Express viajes, seguirá siendo American Express Viajes, quizás, con el tiempo le pongan apellido. Su reto es ahora el haber quintuplicado sus ventas de la noche a la mañana, el de formar una nueva organización adaptando entre lo que ya tiene y los propios sistemas que adquiere. Hasta ahora, entre las primeras decisiones es trabajar con un solo número IATA, para tener un mejor control.
Lorenzo pone “cara de angustia” cuando nos dice que cada mes tiene que tener disponibles más de 5 millones de pesos para nóminas y rentas. Y entre las bromas y alegrías del momento, comenta mi joya de la corona es la misma que siempre tuvo Amexco: la oficina de Perisur.
Me hubiera encantado preguntarle ¿de a cómo no?, pero no me atreví. Felicidades y mucho éxito.