Es difícil que un político salga de un partido cuando nunca ha estado en él.
La semana pasada Edgardo Burgos Marentes, presidente del PAN en Sinaloa, anunció el rompimiento de ese partido con Mario López Valdez, gobernador de ese estado y quien es mejor conocido como Malova.
La razón es que se han tensado las relaciones con el mandatario, pues el partido albiazul lo acusa de haber apoyado al priista Arturo Duarte, quien resultó ganador de las elecciones para presidente municipal en Ahome.
Lo más divertido es que López Valdez, si bien ganó las elecciones para gobernador de Sinaloa a través de una alianza entre PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, nunca se afilió al PAN, aunque ciertamente ha recibido la invitación para ello.
De hecho, ha habido algunas señales de distanciamiento hacia el PAN, como por ejemplo la salida de Oralia Rice de la Secretaría de Turismo de Sinaloa a principios de este año, cuando ella es una panista de cepa que mantiene una relación de años con el ahora ex presidente Felipe Calderón.
En realidad Rice y Malova siguen teniendo contacto, pero no es posible decir que los vínculos de este último con el PAN hayan ido al alza.
De hecho, como ex priista (salió de las filas de ese partido cuando no obtuvo la candidatura a gobernador) hoy tiene contactos muy importantes en ese partido que ocupan puestos clave en el gabinete de Peña Nieto.
Esto, aunado a que Duarte fue su subsecretario de Egresos en Sinaloa, ha llevado a que el dirigente estatal del PAN pretenda romper con él.
Sin embargo, Malova asegura que no volverá a las filas del PRI y que tampoco ha recibido una comunicación oficial del PAN nacional, cuyo presidente es Gustavo Madero, en relación a los temas que originaron el enojo de Burgos.
Por lo que se refiere al turismo, ciertamente este año el presupuesto que obtuvo Sinaloa a través del convenio con la Sectur federal, cuya titular es Claudia Ruiz Massieu, y de los cooperativos con el Consejo de Promoción Turística de México, que lleva Rodolfo López Negrete, no fueron superiores a los del año pasado.
Aunque el gran asunto es el del Centro Integralmente Planeado de Teacapán, que en principio se llama Playa Espíritu y donde el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) hizo el sexenio pasado una inversión tan importante como enjuiciable.
El actual director, Héctor Gómez Barraza, ha dicho que no se cancelará el proyecto, pero con recursos limitados y muchas prioridades no parece evidente que vaya a tener la importancia que le gustaría a los sinaloenses.
Allí sus relaciones con el PRI sí que podrían ser relevantes.
