Si la búsqueda de la verdad es poco importante en el mundo de las redes sociales, donde cada quien lee y escucha historias afines a su pensamiento; ayer en la mañanera el presidente López Obrador dio un nuevo paso en este terreno, al reaccionar a una información no verificada.
Un reportero de un medio de Quintana Roo le pidió un comentario, sobre un reportaje según el cuál varios empresarios turísticos importantes de esa entidad están apoyando con recursos a 42 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que se oponen al Tren Maya.
Dicho trabajo no probó esa afirmación y armó una lista con las mencionas 42 ONG que, sobre todo debido a argumentos medioambientales, han sido críticas con el mayor proyecto de infraestructura de esta administración y que supuestamente han recibido recursos de esos empresarios.
El trabajo periodístico no incluye documentos, ni fuentes de información que avalen dicha información.
Incluso cabe la posibilidad, por la forma en la que está redactada la historia, de que en algún momento aunque por un motivo diferente al Tren Maya, esos empresarios hayan apoyado a dichas ONG.
El medio acusa a los ambientalistas de “mercenarios” y con esa información no verificada, el mandatario aceptó tres preguntas en la mañanera de ayer, para responder que nada podrá detener el avance del proyecto.
Advirtió que no caerá en las trampas legales de quienes supuestamente pretenden lucrar con el proyecto y que recurirá a la expropiación con fines de interés público si los propietarios de ciertos terrenos insisten en no permitir que pase por ellos el tren.
El mensaje del presidente generó preocupación entre los empresarios mencionados en el reportaje, pero la mayoría prefirieron no responder pues ven un potencial ambiente de enfrentamiento.
De esa larga lista de empresarios, muy pocos o ninguno se oponen al tren; les preocupaba antes, cuando se planeaba que corriera por en medio de la carretera entre Cancún y Playa del Carmen, pero esa situación ya se solucionó pues ahora correrá por la parte de la selva.
La semana pasada, por ejemplo, una manifestación de transportistas que afectaron la circulación en dicha vía durante dos horas, provocó que 300 viajeros perdieran sus vuelos.
Si la carretera hubiera estado afectada un par de años, el daño al turismo hubiera sido incalculable.
En cambio sí que les preocupa estar en la mira del mandatario y ya hay quienes pretenden ver a otro empresario, que no fue incluido en la lista, tratando de sacar ventajas a sus competidores.
Pero también es factible que Javier May, el director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), siga buscando crear culpables a quienes responsabilizar de que el Tren no estará terminado para el final de este sexenio.
Eso ya es un hecho, algunos directivos que trabajaban en Fonatur antes de la llegada de May sostienen que un logro sería acabar las dos tercera partes del trayecto.
Pero eso políticamente no le sirve al mandatario y en cambio sí que le ayudará exhibir a un grupo de empresarios “apátridas”, que como buenos “conservadores” se opusieron al desarrollo de la región más deprimida del país.
En el camino lo que se está generando es un ambiente de confrontación y miedo, que en nada contribuye a impulsar las inversiones y la generación de empleos.