Si en la era del internet y la interconexión digital es increíble que miles de pequeños hoteles, no sólo en México, sino en el mundo, descuiden la venta de sus cuartos a través de la red, también lo es que muchos lo hagan muy mal.
Uno de tantos, casi innumerables ejemplos, es el del Hotel Posada del Tepozteco. Está en internet, forma parte de la cadena Tesoros y sus propietarios describen al establecimiento como una “antigua casona mexicana de señorío y abolengo convertida en un bello hotel”.
El hecho es que en su página inicial en la web hay unas letritas blancas en fondo vino que, para leerlas, lo ideal sería hacerlo con una lupa; las fotos tampoco son atractivas y ya adentro ni siquiera hay un espacio visible y fácil de usar para cerrar una reservación en línea.
Este caso se multiplica y, además, éstos como otros propietarios de hoteles similares tuvieron que pagar por un diseño que difícilmente volverán a cambiar, pues hay que invertir más por hacerlo; típicamente los administradores les cobran extra por hospedar su sitio y la rentabilidad es muy baja o, incluso, puede convertirse en un costo fijo.
Esto fue lo que vio **Forrest Key**, un emprendedor estadunidense del mundo de la tecnología, quien fundó Buuteeq, una firma de mercadotecnia digital basada en Seattle y con una oficina en Santiago de Chile.
Por estos días estuvo en México **Bryan Estep**, vicepresidente internacional de esta firma, quien en el pasado formó parte de las filas de Sabre y ahora busca hacer popular su propuesta.
Las ideas son bastante simples.
1. Reducir los gastos con un motor de reservaciones poderoso incluido en el precio mensual, que además ofrece una plataforma para móviles y para Facebook.
2. Cuenta con tres diseños probados para generar más ventas.
3. La plataforma tecnológica permite que el hotel pueda cambiar y alimentar directamente su contenido, sin tener que recurrir al administrador del sitio.
Según Estep una página de un hotel que funcione correctamente, al menos debe generar 25% de las ventas totales del establecimiento y sostiene que con estos cambios es muy probable alcanzar lo anterior.
Claro que el modelo no está exento de retos; por ejemplo, la comercialización de Buuteeq es digital y por teléfono, lo que no parece ideal para convencer a un empresario que no le pone el interés que debería a internet.
Además el usuario tiene que ser proactivo y responsable para aprovechar esta plataforma tecnológica en su beneficio, pues de lo contrario sería como tener un auto de carreras para conducirlo a 60 kilómetros por hora.
Pero esta historia revela también lo mucho que podrían hacer los hoteles pequeños y hasta medianos para ser más competitivos.