Los hoteles de Isla de Pascua

 
Alonso Gordoa
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Hace ya dos años Iván Zika, el director general de LAN en México, comentó sobre la posibilidad de organizar un viaje a la Isla de Pascua, a donde esa aerolínea tiene un vuelo desde Lima que a su vez está conectada con el DF.



Por diversos motivos la visita se canceló en 2011, pero este año se concretó y más allá de la información que se publicará en la sección Bon Voyage del Periódico Excélsior, sobre este formidable destino, también derivó en la posibilidad de conocer un caso de Hotelería único en el mundo.

Si Eduardo Sánchez Navarro, el presidente de Grupo Questro, ha hecho muchas veces referencia a la importancia de la seguridad jurídica, como condición previa para atraer inversiones en el turismo, aquí se observa esto con absoluta claridad.

Sin pretender ser una experta en el tema, los habitantes originales de la Isla de Pascua, los rapanuis, han logrado que se preserve una regla según la cual ningún extranjero o chileno continental puede adquirir una propiedad aquí, aunque ellos sí compran inmuebles en el resto del país.

Una excepción a este caso surgió hace 40 años cuando se construyó el hotel Hangaroa, cuyos propietarios de origen alemán adquirieron la propiedad a través de una excepción gubernamental.

Recientemente el inmueble fue demolido y en su lugar se construyó el hotel del mismo nombre, que ya es uno de los dos que existen en la isla en el segmento de “categoría especial” o de Hotelería de lujo.

El otro es el Explora, que ha conseguido un sitio en el mundo del hospedaje con su concepto de todo incluido, haciendo énfasis en las actividades al aire libre que, junto con su gastronomía, justifican sus tarifas por noche.

Hangaroa se describe como una “villa ecológica”, pues obtiene la energía que requiere para operar a través del sol, el viento y el petróleo; además, cuenta con un sistema de reciclaje del agua y tiene un programa de manejo de la basura.

La decoración de sus habitaciones es descrita en su ficha técnica como “minimalista elegante”, blancas, con pocos objetos, pero con sillones y camas muy confortables, una regadera que expele el agua con fuerza y una tina integrada al espacio de descanso.

Habilitado con un SPA, salón de reuniones, una alberca, dos restaurantes y una inversión de 50 millones de dólares para la construcción de 75 habitaciones, hoy ya es el mejor del destino.

Claro que un grupo de antiguos propietarios han iniciado un proceso para reclamar sus supuestos derechos, lo que ya dio origen a un proceso legal.

Mientras que Explora funciona desde sus inicios con un contrato de arrendamiento a largo plazo, con otro de los propietarios isleños.

La consecuencia de esta situación es que no hay otros inversionistas dispuestos a lanzar proyectos turísticos en la Isla y que estos dos tengan prácticamente asegurado su éxito.
Más si hay hoteles de mucha menor categoría que cobran más de 200 dólares por noche en plan europeo, pues el mercado de los viajeros está dispuestos a pagar esos precios por el privilegio de conocer uno de los destinos más exóticos y remotos del planeta.



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