La semana pasada se formalizó la creación del Consejo Hotelero del Caribe Mexicano (CHCM) y aunque sus dirigentes no lo vocalizan propiamente así, no hace falta ser un genio de la lectura entrelíneas para entender que buscan fortalecer el liderazgo turístico de la región porque en este momento no hay quien haga eficazmente esa tarea.
Explícitamente tienen como premisa trabajar en conjunto con las autoridades federales, estatales y municipales; pero también hay que entender que algunos de sus retos más grandes se han gestado precisamente por las decisiones y acciones o inacciones del gobierno.
Jesús Almaguer, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y uno de los promotores de este Consejo, dice que Miguel Torruco, el secretario de Turismo, ha hecho un esfuerzo para solucionar esos retos que enfrentan los hoteleros a través de la transversalidad con otras dependencias del gobierno federal.
El problema, desde la perspectiva del autor de este espacio, es que los resultados no han llegado o por lo menos han dejado mucho que desear.
Por ejemplo Sectur no ha sido capaz de lograr que el Instituto Nacional de Migración, cuyo titular es Francisco Garduño, controle a los agentes migratorios para que dejen de hostigar a los viajeros colombianos que llegan a México, lo que está provocando que muchos de ellos opten por irse a las playas de República Dominican en lugar de hacerlo a Cancún o la Riviera Maya.
Tampoco ha logrado que la Secretaría de Relaciones Exteriores, que lleva Marcelo Ebrard, elimine el visado a los brasileños o por lo menos establezca una solución electrónica barata y sencilla de ejecutar, por lo que se ha perdido la mitad de este importante mercado cuyo país ya pasó de ser el cuarto al octavo emisor de viajeros a México.
Mientras que el Consejo de la Diplomacia Turística fue anunciado con bombo, platillos y fuegos artificiales y terminó convirtiéndose en un “cursillo por correspondencia” del Instituto de
Diplomacia Matías Romero.
Un tema que sacó a colación un representante de Agustín Arriaga, presidente del capítulo Miichoacán del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), durante el encuentro que tuvo ese organismo con Ebrard y el senador Ricardo Monreal el 30 de marzo pasado, lo que provocó la ira del canciller.
A pesar de sus esfuerzos, Braulio Arsuaga, presidente del CNET, no ha logrado una influencia eficaz con el gobierno federal quien sólo acepta dialogar con dirigentes a modo, como Héctor Tejeda, presidente de Concanaco-Servytur, quien en el Tianguis Turístico de la semana pasada evocó a esas “focas aplaudidoras” de los viejos acuarios.
Ahora el CHCM, que agrupa a las siete asociaciones hoteleras de Quintana Roo, con más de 125 mil cuartos y 300 mil trabajadores, y que presidirá Toni Chávez, presidente de los hoteles de Riviera Maya durante los primeros seis meses de vida del organismo, espera pasar de las palabra a los hechos.
Sus propósitos son incrementar los flujos de turistas al Caribe Mexicano, cuidar los intereses de sus inversionistas, mejorar la calidad de vida de sus trabajadores y trabajar con los tres niveles de gobierno.
Revertir la caída de turistas brasileños luego de que la imposición de la visa mexicana ha provocado un cuello de botella y evitar que los oficiales de migración maltraten a los colombianos, son dos puntos relevantes en su agenda.
Divisadero
Semana Santa. Esta columna se volverá a publicar hasta el 9 de abril.