Los empresarios turísticos, inconformes al arranque del gobierno

 
Gustavo Armenta
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Apenas mañana dará inicio formalmente el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la República, y ya el empresariado turístico está en desacuerdo con varias de las principales medidas que ha anunciado que tomará en esta materia la nueva administración.



La cancelación del aeropuerto de Texcoco, la creación del Tren Maya y el uso del presupuesto del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) para financiar este proyecto de infraestructura, así como la probable desaparición de esta dependencia, anunciada por el diputado morenista Luis Alegre Salazar, presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara Baja, son algunos de los temas en discordia.

Sin embargo, llama la atención que el empresariado turístico no haya tenido una reacción pública acorde con su inconformidad; es decir, algo que ejemplifique la tercera ley de Newton. La hubo en los meses posteriores al 1 de julio, día de la elección presidencial, pero, por lo visto, cambió la estrategia.

El presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico, Pablo Azcárraga Andrade, durante un tiempo lanzó amagos y advertencias, aunque con tono conciliador. A mediados de agosto, en una reunión con reporteros, después de que se diera a conocer que el Tren Maya en parte sería fondeado con el dinero proveniente del “impuesto turístico”, el dirigente invitó al nuevo gobierno a ver al sector turístico como un equipo al que podía pertenecer. Dijo que estaban dispuestos a compartirles toda la información que generan en sus negocios e invitó a AMLO a reunirse con ellos lo antes posible.

No obstante, dijo no estar de acuerdo en usar los recursos del CPTM para el tren: “En eso no estamos de acuerdo; es un problema mayor”, externó y agregó: “Como iniciativa privada no debemos quedarnos con los brazos cruzados y permitir que eso suceda; como empresarios nos vamos a defender”.

Posteriormente, en otro encuentro con periodistas registrado en la última semana de octubre, comentó que el CNET acababa de elaborar un estudio donde se establecen diez pasos claros que, si se llevan a cabo, para finales del sexenio de López Obrador llegarían a México 61 millones de turistas —hoy son 39.3 millones— y su gasto promedio crecería de los 860 dólares actuales, a mil 250.

En esos días, previos a la consulta popular para decidir el destino del nuevo aeropuerto de Texcoco, dio por hecho que no sería cancelado: “Claro que México necesita ese aeropuerto. ¡Ya, por favor! ¿Qué ganas de estar fastidiando al que no necesita que lo fastidien? Se va a hacer, todo lo demás es rollo político, no serán tan tontos para cancelarlo”, vaticinó.

También se comprometió a que sus agremiados invertirían 500 mil millones de pesos en el sector y a crear un millón cien mil empleos, si el gobierno seguía sus recomendaciones; de no ser así, advirtió que la inversión sería mucho menor. “¿Por qué vamos a invertir en la industria si se estanca y no crece? preguntó.

Por último, demandó apoyo a los empresarios por parte del nuevo gobierno y dejó en claro que el 90 por ciento de las inversiones turísticas las realizan los miembros de su organización. “El CNET cumple treinta años de existencia; los políticos van y vienen y nosotros aquí seguimos”.

Pero ese discurso, ese tono, no parece haberle dado resultado. El gobierno que mañana arranca sigue con sus propuestas. Así que todo indica que cambió la estrategia y ahora tratará de negociar, a través de Alfonso Romo, virtual Jefe de la Oficina de la Presidencia, dándole sus argumentos, pero sin hacer declaraciones que suenen a amenazas.

EN LOS ALREDEDORES

Miguel Alemán Valdés fue el primer presidente que vislumbró, en la segunda mitad de la década de los 40, el potencial económico y de desarrollo que tenía la industria turística, incipiente en esa época. Después, a principios de la década de los 60, al frente del Consejo Nacional de Turismo —cuando no existía la secretaría del ramo— fue el encargado de impulsar esta actividad.

Desde hace varios años, el principal reconocimiento que se otorga en esta materia lo da la Fundación que lleva su nombre: Premio a la Excelencia Turística “Miguel Alemán Valdés”, que esta semana fue entregado a Miguel Torruco Marqués, quien a partir de mañana será el titular de la Secretaría de Turismo.

Despachar en la oficina principal de Masaryk 172, para Torruco es la culminación de una carrera de casi medio siglo como empresario, dirigente gremial, funcionario público y académico, siempre en el sector turístico. Como también lo es recibir ahora esta presea.



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