Pekín. Si en países como México hablar de los hábitos de viaje de sus habitantes en general es un tanto ocioso debido a las muchas realidades de los mexicanos; China es un país 11 veces mayor en donde las generalizaciones también son poco significativas y en donde las costumbres cambian aceleradamente.
Si algún país define el concepto de “turismo masivo” es éste, donde todo se mueve a una velocidad diferente debido a la gran cantidad de personas que conviven en todos los medios de transporte y sitios atractivos.
El fenómeno además es de ida y vuelta, pues hay un número cada vez mayor de turistas extranjeros que desean conocer China.
Los chinos tienen una forma peculiar de hacer filas y por lo menos van dos personas, una al lado de la otra, y son expertos en colarse, lo que no está mal visto, así es que los más listos llegan antes a la meta.
En los vuelos domésticos cortos de las compañías más populares, como China Eastern, sólo se puede optar por beber agua o té y comer un sándwich de jamón, que los sobrecargos distribuyen a toda velocidad y que los pasajeros reciben sin reclamar.
Además, resulta que en torno a estos viajeros aguerridos que son los chinos, se han creado muchos mitos; así es que una buena idea para que México reciba más de estos viajeros es diferenciar la realidad de los mitos.
La visita que hoy inicia en Pekín Miguel Torruco, secretario de Turismo de México, está muy enfocado a promover reuniones entre tour operadores de ambos países.
No obstante lo que se pueda pensar, un gran número de chinos siguen utilizando a los profesionales de los viajes para organizar sus viajes al extranjeros.
En el documento “disipando los mitos”, que produjo a finales del año pasado la consultoría McKinsey, establece que inmediatamente después de las recomendaciones familiares y de amigos, son los agentes de viajes los que más influyen en su decisiones de viajes.
Incluso los jóvenes, que por ejemplo usan cada vez menos efectivo y tienden a privilegiar los medios de pago electrónicos, usan poco las aplicaciones o Apps para teléfonos celulares en comparación con lo que ocurre en Estados Unidos.
Además los viajeros chinos se han vuelto cada vez más sofisticados y si hace unos pocos años la regla era que sólo probaban alimentos que les fueran conocidos, ahora está creciendo de manera importante el número de aficionados a la gastronomía y a visitar los restaurantes de chefs renombrados.
Se trata de un país que, según McKinsey, registró cuatro mil millones de viajes domésticos en 2015 y 117 millones de viajes al extranjero; un número que llegará a 160 millones para 2020.
Los turistas chinos acostumbran viajar con familiares y amigos y registran los niveles de gasto más altos entre los viajeros globales.
A una tasa de crecimiento anual de 5.4% en promedio, se espera que para 2020 la derrama de los viajeros chinos en el extranjeros alcancen los 315 mil millones de dólares al año.