Hace unos días Alejandro Zozaya, ahora presidente de Apple Leisure Group, decía que la clave de una conducción exitosa para el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) era que Rodolfo López Negrete, quien será ungido hoy como director general, mantenga el impulso a las diversas marcas de México.
Fue el empresario hotelero quien, en el momento en que la imagen de inseguridad del país estaba por los suelos, planteó que no era momento de hablar de México sino de Cancún, Puerto Vallarta, Los Cabos o Riviera Maya.
Esta propuesta desató en su momento una polémica, pues mientras los empresarios de los destinos más exitosos del país exigían distanciarse de la marca país, también pesaba la idea de que sería desastroso perder el paraguas que los cobija.
La solución fue más bien pragmática y hoy la publicidad del CPTM enfatiza, ciertamente, la oferta de los destinos aunque siempre, al menos en una esquina, aparece el nombre de México.
A escala mundial también hay varias vertientes que van desde casos como Canadá, el país cuasi perfecto de América, que enfoca las baterías de su Comisión Canadiense de Turismo (CTC, por sus siglas en inglés) a su marca país y el de Turquía, enfocado también a su marca país, aunque apoyado por un control férreo y antidemocrático de la información nacional.
En el otro extremo se encuentra Estados Unidos, que apenas comienza a invertir recursos en su Brand USA, pues hasta hace dos años las grandes promociones se enfocaban a destinos como Orlando, Nueva York o Las Vegas.
Hoy Claudia Ruiz Massieu, secretaria de Turismo, plantea resolver los problemas de fondo de la inseguridad en algunos destinos mexicanos, como condición para aumenten las tasas de crecimiento de este sector.
En la medida en que se consiga lo anterior, y en el contexto de un gobierno que simplemente no está hablando de inseguridad, se estarían generando las condiciones para invertir más en la marca México como tal.
Éste no es el único aspecto sobre el que deberá tomar decisiones estratégicas López Negrete; también influirá en la conveniencia o no de que se haga un manejo menos político y más técnico de los recursos dedicados a la promoción turística.
Aumentar la eficacia de las Oficinas de México en el Exterior (OME), fortalecer o no segmentos con un fuerte potencial como el turismo de Congresos y Convenciones, Incentivos o los que generan alto gasto.
Además de diseñar una estrategia no sólo para que sigan creciendo las tasas de arribo de los viajeros estadunidenses al país, sino para recuperar en un plazo razonable la participación de mercado que tenía México hace 12 años.
Esto sin dar marcha atrás a los buenos resultados de la diversificación.