**Enrique Peña Nieto** ha dicho varias veces, incluso cuando presentó su Política Nacional de Turismo, que en vez de inventar nuevos proyectos hay que consolidar los destinos existentes y la primera apuesta será Nayarit.
Incluso para **Gloria Núñez**, secretaria de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados, resultó una sorpresa cuando supo que en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación había más de mil millones de pesos etiquetados para Litibú y el Capomo.
Se trata de los dos Proyectos Turísticos Integrales (PTI) que se lanzaron en el sexenio de Vicente Fox y que muestran un serio rezago en su ejecución.
El primer signo de cambio en esa localidad fue la línea de crédito que le otorgó Bancomext a Iberostar, que preside Miguel Fluxá, para concluir su hotel en Litibú y que fue gestionada por **Héctor Gómez Barraza**, el director general de Fonatur.
Ahora estos recursos permitirán no sólo concluir la infraestructura para la consolidación de Litibú que, por ejemplo, tiene un campo de golf de 18 hoyos diseñado por **Greg Norman**, pero sin áreas de servicio y consumo para los visitantes.
El Capomo, que fue adquirido a la familia Gil Díaz, tampoco está preparado para atraer a los inversionistas turísticos en el segmento de lujo al que estaba destinado y es otra de esas propiedades públicas que están durmiendo el sueño de los justos.
Si estos dos sitios en Nayarit detonan, serían el ejemplo más alentador para otros destinos de mayor tamaño como son Loreto y Huatulco, los dos Centros Integralmente Planeados que nunca lograron despegar desde que los desarrolló el Fonatur.
Divisadero
Guanajuato sí sabe. **Fernando Olivera**, secretario de Turismo de Guanajuato, está promoviendo la Primera Semana Internacional de Gastronomía en esa entidad al inicio de junio, en la que participarán siete chefs europeos que en su conjunto ostentan nueve estrellas Michelin.
Un hecho interesante fue que estos cocineros reconocidos mostraron interés en venir a México por la posibilidad de estar en contacto con 40 mayoras mexicanas, que conocen los secretos de la cocina tradicional del país.
Aunque Guanajuato no es famoso por un platillo en particular, como Puebla por los chiles en nogada o Oaxaca por los moles, Olivera ve la oportunidad de que la cocina crezca como eje de futuros productos turísticos.
La inversión en este proyecto es de 6.5 millones de pesos, que dejará una derrama de 25 millones sólo en los 17 eventos, a los que asistirán 13 chefs reconocidos internacionalmente.
Y si de novedades se trata, en Guanajuato ya se hicieron también tres eventos gastronómicos este año, con mil asistentes a cada uno en sendos sitios arqueológicos de esa entidad que, por cierto, tampoco son los más conocidos de México.
