El lunes primero de mayo, concluyó el plazo que otorga la Ley Federal del Trabajo (LFT) para legitimar los Contratos Colectivos (CCT) y sólo la obtuvieron poco más de 11% de los aproximadamente 140 mil acuerdos laborales que hay en el país.
Según la última reforma, a los sindicatos que no hayan legitimado sus contratos se les rescindirán los mismos por lo que tampoco podrán representar a esos trabajadores, una situación que también genera incertidumbre en el sector turismo.
Hay quienes dicen que las autoridades se harán de la “vista gorda”, pero es una oportunidad para que las confederaciones de sindicatos que sí cumplen con la LFT atraigan nuevos contratos y más costos para las empresas.
Un ejemplo ocurrió hace tres años en Los Cabos con el Hard Rock Hotel, de Roberto Chapur, pues, aunque la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), que dirige Isaías González, ya tenía casi cerrado el CCT; la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que dirige Carlos Aceves, trató de quitárselo por la relación que tiene con Chapur en Quintana Roo.
Esto derivó en un pleito que afectó las operaciones del hotel y fue resuelto en la Secretaría del Trabajo en la Ciudad de México, donde el voto de la mayoría de los trabajadores favoreció a la CROC.
Nada más en Baja California Sur (BCS) la CROC tiene más de 300 contratos colectivos y no sería difícil que busque incrementar ese número, llevándose contratos de los sindicatos que no llevaron a buen puerto la legitimación.
Según Gustavo Hernández Vela, socio del despacho Hernández, Vela y asociados, y exsecretario del Trabajo de BCS, se trata de un escenario posible, pues si son rescindidos los contratos dejarían a los trabajadores sin una defensa gremial válida desde el punto de vista legal.
Al no tener personalidad jurídica, dijo, esos sindicatos no podrían emplazar a una huelga, apoyar disputas económicas ni promover ningún tipo de acción en defensa de sus representados.
Respecto a la actividad turística, fundamentalmente podrían ser afectados los trabajadores que colaboran en la operación de los hoteles, restaurantes y en el negocio de la construcción, pues en los principales destinos turísticos sigue habiendo muchos proyectos en desarrollo.
Antonio Baltierra, secretario de Capacitación y quien forma parte de la dirigencia de la CROC, compartió que en los últimos años los sindicatos afiliados a esa confederación han defendido a trabajadores del turismo y la gastronomía, en empresas como la cadena de restaurantes Toks y con propietarios de los hoteles que operan con cadenas como Marriot y Hyatt.
Los problemas más comunes, explicó, tienen que ver con asuntos como la distribución de las propinas, las compensaciones económicas y el reparto de utilidades.
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