Fernando Hoyos, especialista en administración de empresas portuarias, sostiene que si no se hace una reparación mayor en el espigón o principal muelle flotante de la Marina de Cabo San Lucas, puede derivar en una afectación mayor que incluso cobre vidas humanas.
Hasta el año pasado Hoyos fue el director de la Administración Portuaria Integral (API) de Los Cabos y buceó debajo del espigón, que ya muestra un severo deterioro producto del paso de los años en contacto con el agua y la sal marinas.
En el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), que dirige Javier May, existe un reporte que hace referencia precisamente a la urgencia de una reparación mayor en la plataforma de concreto, cuyo costo es de alrededor de 32 millones de pesos.
Una cantidad menor, cuando la API de Cabo San Lucas obtuvo ingresos el año pasado del orden de los 61 millones de pesos; incluso cuando siguió afectada la llegada de cruceros durante la mayor parte del año.
Hoyos explica que la principal razón detrás de la decisión presidencial de resectorizar las marinas y las administraciones portuarias integrales (API), que estaban bajo el paraguas de la Secretaría de Comunicaciones y de Fonatur, es en primer lugar reforzar la seguridad.
Pero también modernizarlas para que cumplan mejor sus tareas del comercio internacional y mejorar la logística y dar seguimiento a las operaciones contractuales que allí se realizan.
Así es que uno de los primero retos para la Secretaría de Mariana es que realmente se re inviertan en su mejoramiento los recursos que generan las API y las marinas.
Hoyos vivió como funcionario de Fonatur la situación de que la API de Los Cabos captaba anualmente más de 80 millones de pesos y la Secretaría de Hacienda no les regresaba ni siquiera lo necesario para contar con unos servicios sanitarios adecuados.
Ello también impactó en otras tareas como el alumbrado y el dragado de las inmediaciones del muelle principal.
Con ésta, sostiene, es la tercera vez que el gobierno federal apuesta por un modelo diferente para impulsar el desarrollo de los puertos y las marinas.
Hoy la mayoría siguen operando con tecnología obsoleta y en el caso del muelle espigón de Cabo San Lucas advierte que puede terminar derrumbándose, en un destino que recibe anualmente entre 300 mi y 600 mil pasajeros por la vía marina.
Un dato que resulta escalofriante, mientras los propios funcionarios de Fonatur siguen haciendo esfuerzos para que se corrija esta situación.
Divisadero
Ocupación hotelera. El último ejemplar del Reporte Gemes, que realizar la consultoría del mismo nombre de Héctor Flores Santana, incluye un artículo que muestra con claridad la recuperación asimétrica que ha tenido la hotelería mexicana, tras la crisis del Covid-19.
Con información de DataTur, de la Secretaría de Turismo, la ocupación hotelera promedio fue de 41.4% el año pasado.
Esto incluye 70 centros turísticos en el país y un inventario de 421 mil cuartos y representa un incremento de 15.3 puntos porcentuales respecto a 2020, el de mayor afectación por la pandemia, aunque está 18.9 punto abajo de la ocupación en 2019 cuando fue de 61.3%.
Los Cabos registró una ocupación promedio de 58.9%; Cancún de 57.1%; Mazatlán de 58% y todos ellos están entre los que tienen mayor ocupación.
Mientras en la Ciudad de México la ocupación promedio fue de 30.5%; Guadalajara de 37.1% y Monterrey de 40.5%.