Si la aparición, hace diez años, de Airbnb vino a modificar la forma de buscar hospedaje durante un viaje, como una opción entre particulares más allá de la hotelería tradicional, ahora acaba de llegar a México un producto que irremediablemente transformará la manera en que funciona este segmento de la industria turística.
Se trata de ByHours.com, una OTA (Agencia de Viajes Online) creada en Barcelona por dos emprendedores que un día se cuestionaron ¿por qué la estancia mínima en un hotel tiene que ser de 24 horas?
Guillermo Gaspart, presidente ejecutivo de la compañía, de 40 años de edad y hotelero de cuarta generación en su familia, cuenta la historia: “Hace seis años, yo trabajaba en un hotel de la familia y Christian Rodríguez, quien es más joven que yo, más visionario, más de tendencias y más tecnológico, sin tener nada que ver con el sector hotelero, le surgió la idea y me preguntó: ¿Oye, por qué la estancia mínima en un hotel son 24 horas? Yo no supe contestarle. Pues porque sí; por la housekeeping; por la tecnología; porque siempre se ha hecho así; ¡yo qué sé!”.
Y en ese momento pensó: “si llego a la Ciudad de México a las siete de la mañana y quiero entrar a un hotel, no puedo. Tengo que esperar hasta la hora del check in o pagar la noche anterior”. Lo cual no es justo ni práctico para viajero.
Entonces imaginaron crear un modelo de negocio apoyado en la tecnología actual, con una página web y una aplicación, que permitiera rentar una habitación de hotel por tres, seis o doce horas, sin tener que pagar el día completo y eligiendo, además, la hora de entrada.
Desarrollado el proyecto, se dieron cuenta de que el usuario iba a valorar y a querer un servicio de esta naturaleza, pero la duda y la gran pregunta fue entonces si los hoteleros lo iban a aceptar.
Obvio es que, al menos en México, la primera referencia que viene a la mente es la de un hotel de paso, pero esta asociación está muy lejos de la esencia de ByHours.com, cuyo concepto fue diseñado para viajeros de negocios, viajeros en tránsito que se bajan de un avión y esperan varias horas para tomar otro, o familias de vacaciones que deben salir de su hotel al mediodía, pero el vuelo de regreso lo tienen hasta la noche.
Aún más, otro mercado que descubrieron rápidamente, y casi por casualidad, es el de los familiares de un enfermo que se atiende en un hospital y requieren de un sitio donde descansar, en lugar de estar largas e incómodas horas sentados en la sala de espera.
Con una inversión inicial de dos millones de euros, que destinaron netamente al desarrollo tecnológico, hasta el momento han levantado capitales por siete millones de euros de otros inversionistas que han vislumbrado un gran potencial de negocio en el proyecto, el cual ya cuenta con dos mil 600 hoteles afiliados, de las principales cadenas e independientes, en toda Europa y América Latina. Estados Unidos es su siguiente objetivo.
A los hoteleros les ha interesado porque —según explica—, a diferencia de otras OTAS como Booking o Expedia, por mencionar solamente un par, ByHours no compite con los hoteles; por el contrario, tomando en cuenta que los cuartos son su principal activo, les ayuda a vender sus tiempos muertos a un precio proporcionalmente superior a su tarifa de día completo.
Cada hotel establece su costo por cada paquete de tiempo, pero este par de empresarios les aconsejan cobrar 80 por ciento de la tarifa oficial por doce horas; 60 por ciento por seis horas y 40 por ciento por tres horas.
A cambio, ellos cobran al hotel una comisión que va del 13 al 21 por ciento por cada transacción. “Ese es nuestro rango. Cuando negociamos, las grandes cadenas nos aprietan, pero nosotros podemos apretar a los hoteles independientes en el porcentaje de pago. En promedio, estamos percibiendo un 17 por ciento de comisión”.
Aunque España ya es una plaza rentable y Alemania lo será dentro de poco, en el resto de Europa y Latinoamérica están en proceso de consolidación. Pero sus números son prometedores: captar un cliente les significa una inversión de cinco euros, pero ese cliente en su primera estancia les deja once euros. Y con base en que tienen registros de que 52 por ciento de esos huéspedes repite, calculan que a lo largo del tiempo cada uno de ellos dejará a la empresa 41 euros, por lo menos.
Además, asegura Gaspart que mientras únicamente 0.7 por ciento de quienes entran a Booking.com acaban contratando un cuarto de hotel, el porcentaje de ByHours es de 5.6 por ciento. “Es muy alto. Por lo que en realidad mi principal problema es que la gente sepa que existimos y cuál es el producto que ofrecemos, que no somos un low cost (bajo costo) ni un last minute (oferta de último minuto), sino un producto nuevo y diferente en la hotelería”.
(Columna publicada en El Financiero)