Durante la reunión que sostuvo Claudia Ruiz Massieu, la secretaria de Turismo, con Shao Qiwei, presidente de la Administración Nacional de Turismo de China; durante el viaje que hizo hace dos semanas a Pekín, surgió el tema de la importancia de las relaciones entre dos países para fomentar el intercambio de viajeros.
El comentario se presentó en el contexto de la renovada relación entre ambas naciones, tras la llegada de Enrique Peña Nieto, pues existe una larga relación entre el Partido Comunista de China y el PRI.
Un vínculo que hoy también está cultivando Javier Vega Camargo, secretario de Asuntos Internacionales del PRI, quien ha mantenido una comunicación cada vez más cordial con los representantes diplomáticos chinos en México.
Más allá de los buenos oficios entre estos países, Qiwei no pasó la oportunidad de ejemplificar este hecho con el enfriamiento que han sufrido las relaciones entre China y Japón.
La disputa por las islas Senkaku, como les llaman en Japón, o Diaoyu, como se les denomina en China, ha enfriado de manera radical las relaciones entre estos poderosos vecinos.
De hecho, se habla del peor momento diplomático entre ambos países, desde la Segunda Guerra Mundial.
Los japoneses hoy están resintiendo una caída en la llegada de los viajeros chinos que llegaban a su país y que son muy relevantes en términos de su capacidad de gasto.
De acuerdo con cifras del Shanghai Daily, uno de los periódicos de negocios más influyentes de China, la caída en el número de viajeros por la vía aérea ya supera 30 por ciento desde la crisis de las islas.
Pero no sólo los chinos están dejando de ir a Japón, sino que el fenómeno también ocurre a la inversa.
Nada más en lo que va de 2013, y aquí las cifras son del Travel Journal, la caída de turistas japoneses a China es de casi 40%; peor a la que sufrió ese país cuando se suscitó las crisis de síndrome agudo respiratorio, mejor conocido por sus siglas en inglés como el SARS.
El ejemplo es dramático y demuestra que más allá del interés que puedan tener los japoneses por ir a Macao, descrita como Las Vegas de China, o de los chinos por adquirir relojes y aparatos electrónicos en Tokio, las relaciones políticas son determinantes en el terreno de los viajes.
Un aspecto que le puede ganar viajeros a México, en la medida en que recupere la posición que había tenido en el pasado en el ámbito diplomático a escala mundial.
Si se hace un trabajo efectivo, además de China el de Francia puede ser otro ejemplo inmediato de cómo el restablecimiento de un buen entendimiento intergubernamental le puede generar más viajeros internacionales a México.