Las “horas más obscuras” del turismo mexicano

 
Carlos Velázquez
hrs.

Ricardo Monreal, quien anunció hace unos días su precandidatura a la Presidencia, no sólo en el turismo sino en varias materias ha logrado conjuntar a un grupo de especialistas que están aportando ideas para remediar los desastres que heredarán del actual gobierno.



En el hotel St.Regis, después de varios intentos fallidos, y convocados por la publirrelacionista Alisa Chelminsky, compartieron opiniones Francisco Madrid, académico de la Universidad Anáhuac; Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico; Eduardo Chaíllo, especialista en turismo de reuniones y varios inversionistas de la comunidad judía.

También Enrique de la Madrid ha comenzado a conversar con varios conocedores de temas torales para México, aunque en su visión es seguir en la conversación sobre quien será el candidato de la alianza opositora.

Como nunca la actividad turística ha sufrido un desmantelamiento de todo lo construido durante años y hay que discutir si en el futuro habrá que reponer o modificar el enfoque de lo que se perdió.

Aquí están algunos de esos proyectos que desaparecieron.

  1. Prodermágico. Abrió la posibilidad de impulsar inversiones turísticas en las diversas entidades del país, para el desarrollo de infraestructura turística.
    Su valor radicaba en que se alineaban lo incentivos para desarrollar obras en un esquema pari pasu con recursos federales y estatales; entre las críticas que se forzaba a utilizar ese dinero en obras que no valían la pena; pero muchas relevantes en los destinos se hicieron bajo ese modelo.
  2. Visitmexico. Haber convertido el portal del turismo mexicano en una negocio fallido, es uno de los grandes errores que se cometieron en esta administración y Miguel Torruco, el titular de Turismo, no sólo toleró que Marcos Achar prometiera espejitos, sino que tampoco lo castigó por hacerlo.
  3. CPTM. La decisión del presidente de cerrar un Consejo de Promoción Turística, que fue modelo para la apertura de otros muchos en el mundo, no sólo fue algo incomprensible sino que ahora está impactando negativamente en la competitividad turística del país.
    No hay duda de que debe ser repuesto, aunque también surge la oportunidad de corregir algunos de sus errores de ejecución, que justificaron la decisión del presidente López Obrador.

Pero además hay nuevos temas sobre la mesa y uno de los más importantes es cómo conseguir que los visitantes de los destinos aporten más para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Más allá de la dramática frase de los “paraísos turísticos con infiernos de miseria”, que acuñó el gobierno actual, después de cuatro años no ha habido un cambio relevante al respecto.

Destinos como Galápagos, Barcelona, Alaska se han planteado seriamente cómo los viajeros paguen impuestos o aprovechamientos, que compensen los servicios que demandan durante sus estancias.

A partir de la pandemia, varios destinos mexicanos más presionados por la falta de infraestructura y un creciente arribo de viajeros, un problema técnico que no se resuelve con declaraciones vacías invocando a la justicia social.

También hay que trabajar para alinear a favor del turismo sustentable la transversalidad de las decisiones federales, que actúan de manera desarticulada.

Un destino debe ser cuidado, pero ello se puede hacer incluso compensando y hoy la Secretaría del Medio Ambiente se ha convertido en un obstáculo para el turismo, por esa falta de coordinación.

Las “horas más obscuras del turismo” mexicano podrían estar por acabar, pero ahora falta trabajar mucho para tener claridad sobre cómo reponerse del desastre.



hrs.

Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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