Las aerolíneas y la “mano invisible” de López Obrador

 
Carlos Velázquez
hrs.

Una diferencia entre aviación y turismo es que la primera es una actividad estratégica y la segunda no, pese a la enorme importancia que tiene en México debido a sus características geográficas, climáticas y culturales.



La importancia vital de la aviación se puso de manifiesto al inicio de la pandemia del Covid-19, cuando las aerolíneas mexicanas hicieron esfuerzos importantes para repatriar a muchos mexicanos que se habían quedado varados en diversas partes del mundo.

En una segunda etapa, estas compañías mexicanas y extranjeras han sido fundamentales para volar a México toneladas de equipo de protección para el personal de salud que está al frente de la batalla contra el nuevo coronavirus.

Tanto la Secretaría de Comunicaciones y Transportes como la de Relaciones Exteriores, cuyos titulares son Javier Jiménez Spriú  y Marcelo Ebrard, respectivamente, han trabajado con el sector de la aviación para tramitar permisos y resolver problemas regulatorios.

En donde las aerolíneas se han topado con una pared de hormigón es en la obtención de recursos y apoyos fiscales, incluyendo el diferimiento de pagos a la Secretaría de Hacienda.

En un hecho inusitado, el titular de esa dependencia que es Arturo Herrera ni siquiera le ha condonado el Impuesto al Valor Agregado a varias organizaciones privadas no lucrativas, para que importen respiradores que después fueron donados para salvar vidas.

Luis Noriega, presidente de la Cámara Nacional de Aerotransporte (Canaero), reconoció la disposición de Jiménez Spriú para resolver los temas regulatorios y su capacidad técnica.

Pero no ha habido una respuesta positiva para el diferimiento de pagos a entidades públicas; otorgamiento de garantías para obtener créditos; reducción de costos operativos en los aeropuertos del gobierno federal o a la Tasa de Uso Aeroportuario (TUA).

Tampoco ha sido positiva la propuesta de que se deje de cobrar temporalmente el Derecho de No Residente; para no hablar de un paquete de apoyo con recursos públicos para salvar al sector aéreo como están en marcha en Estados Unidos, Canadá, Europa y varios países latinoamericanos como Brasil, Perú y Chile.

El escenario para la segunda economía más grande de América Latina, es que sólo unas pocas aerolíneas mexicanas lograrán salir delante de la pandemia.

El resto, como sucedió con los bancos después de la crisis de 1994, tendrán que ser adquiridas seguramente por capitales extranjeros, si cambian los límites accionarios actuales, y ello implicará la desaparición de los derechos laborales que durante décadas han defendido los sindicatos del sector.

Así es que un gobierno de izquierda, que privilegia la intervención del Estado en la economía como el del presidente López Obrador, terminará provocando que en el futuro las aerolíneas “mexicanas” despidan a miles de empleados.

Conscientemente o no, su efecto será más darwiniano que el de la “mano invisible del mercado” que pregonaba Adam Smith.

Además de que muchos destinos mexicanos, ya no serán conectados por estas compañías o lo harán con un número muy pequeño de asientos disponibles a precios mucho más altos que los que había antes de esta crisis.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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