La tormentosa historia del Centro de Convenciones

 
Alonso Gordoa
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Quienes van del aeropuerto de Los Cabos a San José por el libramiento de cuota pueden observar del lado izquierdo una moderna estructura negra erigida arriba del Club Campestre, un campo de golf de Grupo Questro.



Se trata del Centro de Convenciones del destino, pero más allá de esa icónica escena del desierto, los fairways y el recinto, resulta que éste último permanece cerrado.

Desde su construcción la historia del inmueble ha estado rodeada de tempestades, al punto que le costó la chamba a Adriana Pérez Quesnel cuando era la directora general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

A Los Cabos le hacía falta un recinto de Congresos y Convenciones, pero el argumento para hacerlo a toda prisa fue alojar la reunión del G20, en donde el entonces presidente Felipe Calderón cerró la participación de su gobierno en política internacional.

Los colaboradores de Quesnel le dijeron que el Fondo no podía financiar el recinto y cuando ella transmitió esa opinión, el resultado fue que nombraron a otro director y allí entró Enrique Carrillo.

El evento se llevó a cabo con éxito, pero desde entonces Fonatur le quedó a deber a la ICA, la empresa que lo construyó, una cantidad que supera los 250 millones de pesos y que hasta la fecha no han sido cubiertos.

La decisión del gobernador de Baja California Sur, Marcos Covarrubias, fue en el sentido de que mientras no se concretara el finiquito de este adeudo, el inmueble permanecería cerrado lo que ciertamente ha ocurrido.

La razón es que no puede iniciarse el complejo y largo proceso de negociación de los eventos que se realizarán allí, para que ya con los contratos amarrados la ICA proceda legalmente contra quienes le deben dinero y hasta consiga legalmente el cierre
del lugar.

Todo indica que el asunto ya se va a arreglar y Héctor Gómez Barraza, director general de Fonatur, tiene el apoyo de la Secretaría de Turismo para que concrete el pago en junio.

Una vez que ello suceda, el recinto dejará de ser un adorno en el desierto e iniciará un proceso de licitación internacional para elegir a la empresa, mexicana o extranjera, que se encargará de operarlo.

Divisadero

Nombramiento. Aunque Javier Vega Camargo no buscó un cargo público en la presente administración federal, aceptó ser nombrado secretario de Asuntos Internacionales del PRI, con el ex gobernador mexiquense César Camacho a la cabeza.

Vega Camargo, además de haber fundado el Consejo de Promoción Turística, es un político de esa entidad y seguramente hará un trabajo relevante en un cargo que han ocupado personajes como Rosario Green y Jorge Montaño, quien acaba de regresar como embajador de México ante la ONU.



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