Aunque las críticas de los empresarios que asistieron a la última Junta de Gobierno del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) no fueron airadas, sin duda llamaron la atención, pues habitualmente su posición es neutral.
**Claudia Ruiz Massieu**, secretaria de Turismo, quien por cierto no acudió a esta reunión, sostiene que el calendario permitirá que el trabajo de promoción de fin de año se haga a tiempo.
Todo esto parte de que apenas en estos días se han comenzado a liberar las bases para las licitaciones de los contratos de publicidad y relaciones públicas, a través de los cuales el CPTM ejerce su presupuesto y realiza la parte sustantiva de su actividad.
Ruiz Massieu confirmó hace unos días que la razón para hacerlas hasta ahora fue que la Presidencia de la República revisó a detalle la manera en que se ejercen los recursos del Derecho de No Inmigrante (DNI), pues involucra la compra de espacios en medios de comunicación en
México y el extranjero.
La buena noticia es que Sectur decidió mantener el proceso de las licitaciones públicas, que en principio es la forma más justa para asignar los contratos que involucran recursos públicos.
La otra vía son las asignaciones directas que, por una parte, deben ser plenamente justificables de acuerdo a la Ley de Adquisiciones y, por la otra, inhiben el sentido de competencia entre los participantes del sector privado.
Ahora la pregunta es de qué manera se llevarán a cabo esos procesos.
No hay ninguna razón para poner en duda la buena disposición de Ruiz Massieu para que se desarrollen con transparencia; ni tampoco de su capacidad para conducirlos.
Una diferencia respecto a la administración pasada es que **Rodolfo López Negrete**, actual director general del CPTM, tendrá mayor influencia, pues anteriormente sólo participaba como director general adjunto.
La idea es hacer concursos por dos años, con criterios que garanticen al Consejo contar con las empresas ideales para ejecutar sus tareas.
Si esto que parece tan simple se cumple a cabalidad, la nueva etapa iniciará con el pie derecho; en cambio, la percepción de que se pudieran “cargar los dados” no beneficiaría ni al turismo ni a la nueva administración.
Hacerlo así, además, implicaría uno de los riesgos que existen debido al hecho de que, en el mejor de los casos, será a finales de septiembre cuando el CPTM cuente con sus agencias.
Esto es que alguno o algunos de los participantes se inconformaran por la vía legal, lo que frenaría la posibilidad de comenzar a ejercer de inmediato dichos fondos.
Sería en ese contexto en que se materializarían las preocupaciones debido al retraso que fueron externadas por los dirigentes del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), en aquella Junta de Gobierno.