Si ya no es común encontrar casos en donde, como sucedió en Oaxaca, los recursos para la promoción turística derivados del impuesto al hospedaje se utilizaron para patrocinar fiestas locales, sigue habiendo áreas de oportunidad para lograr que el empleo de los mismos sea más efectivo.
Una parte de las mismas recae en el propio Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), que en el futuro debería ser más receptivo para identificar las oportunidades de alianzas cooperativas.
Un ejemplo se publicó ayer en este espacio, pues el apoyo de dicho organismo al proyecto del fin del ciclo maya se llevó a cabo como un registro administrativo, sin tomar en cuenta las ideas de los estados involucrados.
Claro que la parte medular recae en los propios estados donde no sólo hay diferencias frecuentes entre los titulares de turismo y los de las Oficinas de Visitantes y Convenciones, sino falta de profesionalismo en los responsables.
Existen honrosas excepciones, como el caso de **Miguel González**, quien durante varios años fue titular de Turismo de Puerto Vallarta y ahora es el director de Promoción Turística de Jalisco.
Un especialista en su tema que ha concretado proyectos exitosos; también está el caso de los responsables de la promoción turística en los principales destinos de Quintana Roo o en la Ciudad de México.
Pero son mucho más comunes los casos de quienes viven enfrentados con las autoridades estatales de turismo o sencillamente no conocen a fondo esta actividad.
La consecuencia es que los recursos, que en su conjunto suman varios cientos de millones de pesos al año, terminan pulverizados y muy lejos de contribuir a ese círculo virtuoso que debería generarse con la llegada de más turistas.
La situación involucra la autonomía de los estados, pero la federación podría establecer nuevos incentivos para alentar acciones de promoción turística más efectivas, así como nuevos mecanismos de comunicación partiendo de la base de un CPTM más receptivo a las necesidades de los destinos.
#Divisadero
Mayakoba. Pocos desarrollos como Mayakoba, que impulsó la firma española OHL en la Riviera Maya, han conjugado el éxito turístico con el desarrollo sustentable en México.
No es extraño que uno de sus hoteles, el Fairmont Mayakoba, será sede de la primera edición de ILTM Americas, evento dirigido a los comercializadores de destinos de lujo y que ahora se hará periódicamente en esta región de Quintana Roo.
La firma hotelera de origen canadiense ha impulsado, además, varios programas para llevar beneficios a través del turismo a las comunidades mayas de la zona y también ha inscrito a su campo de golf, El Camaleón, en el Programa de Audubon, que marca los más altos estándares en el manejo de los mismos con un enfoque verde.