Si el huracán Ernesto cortó por varios días la telefonía celular e impidió el arribo de cuatro o cinco cruceros a Mahahual, el principal destino de la Costa Maya en Quintana Roo, el efecto de la Ley de Vida Silvestre y su artículo 60 TER ha sido mucho más destructivo para sus planes de desarrollo.
Es verdad que el Consejo Estatal de Protección Civil de la entidad turística número uno del país decretó “saldo blanco” tras el paso del huracán Ernesto por su territorio.
También que más allá de la pérdida de la llegada de cuatro o cinco cruceros, unas palapas derribadas y las toneladas de arena que se salieron del mar, Ernesto no golpeó estructuralmente a ese destino del sur de Quintana Roo.
Un poco más al sur, en Bacalar, que ostenta la marca de “Pueblo Mágico”, hubo unas 300 casas afectadas, pero no destruidas.
Daños que no han ido a mayores, entre otras razones porque allá las inversiones están paradas y el sur del estado se encuentra muy lejos de mostrar el crecimiento previsto para el mismo, cuando en el sexenio del presidente **Vicente Fox** se planeó junto con Fonatur el desarrollo de la Costa Maya.
El presidente **Felipe Calderón** apoyó una normatividad que si bien impide el desarrollo de más obras turísticas que afecten al medio ambiente, su redacción, la de la famosa Ley Manglar, hoy es sinónimo de parálisis.
Darle a Fonatur nuevas herramientas para impulsar las inversiones turísticas: respetar el estado de derecho en vez de tomar medidas oportunistas, como ocurrió con la decisión gubernamental del frenar el proyecto Cabo Cortés, y contar con una legislación que cuide el medio ambiente, pero que auspicie el desarrollo, son retos pendientes para la próxima administración.
**Divisadero**
Violencia. Nuevamente Apatzingán, en Michoacán, fue objeto de los enfrentamientos entre el crimen organizado, el ejército y los cuerpos policiacos federales.
El turismo de esa entidad resulta nuevamente afectado y allí hay un importante reto de comunicación para acotar los daños.
Si a nivel nacional paulatinamente ha dado resultado la estrategia de pedirle al gobierno de Estados Unidos que sea más preciso cuando emita sus warnings turísticos en contra de México, la Secretaría de Turismo de Michoacán necesita informar con precisión cómo estos fenómenos afectan a los destinos turísticos.
El viernes por la tarde, por ejemplo, los viajeros se preguntaban en las redes sociales si era seguro viajar de Morelia a Ixtapa-Zihuatanejo, cuando para llegar a Apatzingán hay que desviarse desde la carretera de cuota.
Y como la respuesta no llegó, la inquietud siguió creciendo y surgió otra vez la percepción de que Michoacán es riesgoso para los turistas, cuando es importante decir con detalle dónde y en qué medida.
