Si México padece un serio problema debido a la percepción de los viajeros estadunidenses por el tema de la seguridad, en Michoacán esa situación se traslada incluso al mercado doméstico.
La semana pasada estudiantes normalistas secuestraron varios camiones, para demandar que el gobierno de esa entidad siga garantizando la creación de nuevas plazas para todos los egresados.
Una situación sin sentido, tanto desde el punto de vista económico como desde la perspectiva de la educación.
Mantener esa regla, además de incosteable, pone un incentivo perverso a personas que sin vocación magisterial, cursan dicha carrera para conseguir un trabajo en el que no sólo estarán a disgusto sino que su actitud impactará negativamente en los estudiantes.
El problema es que en Michoacán siguen existiendo esas tradiciones paternalistas, que son la otra cara de la moneda de políticos como Lázaro Cárdenas, el presidente venerado por muchos políticos de izquierda.
Esto no es algo nuevo, pero la toma de camiones de hace unos días, se vinculó a los episodios del año pasado cuando el crimen organizado bloqueó algunas carreteras de Michoacán.
Así es que un problema político como tantos otros, escaló hasta provocar que las líneas de autobuses cancelaran corridas y que este fin de semana largo resultara poco rentable para los hoteleros de Morelia y Pátzcuaro.
El viernes, para no ir más lejos, Roberto Monroy, el nuevo secretario de Turismo de Michocán, recibía mensajes a su teléfono en el que le reportaban múltiples cancelaciones.
Aunque para el sábado los camiones tomados ya habían sido devueltos, las plazas turísticas tuvieron ocupaciones debajo de 40 por ciento, lo que es muy grave para empresas que llevan viviendo muchos años difíciles.
Así es que este funcionario tiene ahora como prioridad invertir recursos crecientes y desarrollar una estrategia agresiva, para combatir la mala imagen que tiene su estado.
Su antecesor, Genovevo Figueroa, un secretario de Turismo que ocupó la cartera por diez años y antes había sido gobernador de Michoacán, hizo importantes esfuerzos para desarrollar nuevos productos como la Ruta de don Vasco.
También consiguió recursos federales para restaurar inmuebles y mejorar la oferta de los destinos, además uno de sus grandes éxitos fue impulsar el reconocimiento de la UNESCO a la gastronomía mexicana como Patrimonio de la Humanidad.
Aunque pertenece a un partido distinto, pues Figueroa milita en el PRD y Monroy en el PRI, éste reconoce los avances de su antecesor, pero también sabe que ahora es necesario apostarle a difundir la realidad y los grandes atractivos de Michoacán.
De la estrategia que trace y la velocidad con que consiga sus objetivos dependerá que el sector turismo de esa entidad no siga padeciendo una situación que, como el fin de semana previo, tiene como sustento una percepción y no los hechos reales
