Con conexiones a 80 destinos internacionales, el aeropuerto de Cancún es en este momento el mejor conectado de América Latina, una situación que debería ser objeto de análisis, pues la falta de vuelos es precisamente el “talón de Aquiles” de muchos destinos.
En las dos semanas previas, el estado de Quintana Roo, que gobierna Roberto Borge, cerró acuerdos para nuevas rutas con Taca, Copa, Aerolíneas Argentinas y la alemana Cóndor, que es una filial de Lufthansa.
Jesús Almaguer, director general de la Oficina de Visitantes y Convenciones (OVC) de Cancún, identifica los siguientes elementos como claves de su conectividad:
El destino en sí mismo. Puerta de entrada a todo el Caribe mexicano, una de las zonas privilegiadas por ser un multidestino con atractivos de naturaleza, zonas arqueológicas, cultura y lo más importante, sol y playa. Y es que las cifras internacionales dicen que 65% de los viajeros por motivos de placer buscan este último producto.
Ubicación geográfica. Es el aeropuerto más cercano para Europa en América y se ha convertido en un hub de distribución de pasajeros hacia otros países del continente.
Aeropuerto de clase mundial. Asur, que preside Fernando Chico Pardo, ha hecho inversiones importantes para contar con una terminal no sólo eficiente, sino que cuenta con dos pistas de aterrizaje simultáneas, lo que le permite un gran volumen de operaciones.
Un gobierno enfocado al turismo. Quintana Roo no tiene industria, ni es una potencia en el sector servicios. La actividad turística es su prioridad y el gobierno de la entidad es sensible para resolver los problemas que pudieran frenar la llegada de viajeros.
Una clase empresarial que se mueve rápido. En pocos destinos mexicanos hay un grupo de empresarios que siguen siendo los propietarios de los hoteles o atractivos. En Quintana Roo, además de influyentes toman decisiones rápidas y son competitivos.
Todo esto que se enumera rápidamente, conlleva características que difícilmente se pueden cumplir en otras partes del país.
Además hay áreas de oportunidad, pues por un lado los costos de operación para las aerolíneas son muy elevados en México, comenzando por el hecho de que las tarifas de sobrevuelo en el territorio nacional son de las más altas de América Latina.
También hay un sobreprecio en la turbosina, además de en las tarifas de operación de los aeropuertos mismos.
Finalmente hay mucho que hacer para capacitar y volver más eficiente y orientado al servicio al personal de Aduanas y del Instituto Nacional de Migración.
En estos dos aspectos, más en lo que conllevan la participación de los empresarios y las autoridades locales y federales es donde se podrían generar mejoras, para que otros destinos logren incrementar su conectividad aérea.