Israel, una seguridad férrea que desalienta al viajero

 
Carlos Velázquez
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TEL AVIV.— La llegada de viajeros internacionales a este país de Oriente Medio está estancada en alrededor de 3.2 millones desde hace un lustro, una situación en la que la causa principal son los conflictos regionales que desde su nacimiento han afectado al Estado de Israel.



Aunque aquí el desarrollo armamentista, uno de los más avanzados del mundo, está orientado a mantener una defensa activa de sus ciudadanos y visitantes; el turista con poca información percibe lo contrario.

Es cierto que las revisiones de entrada al país son más acuciosas que para ir a otros lugares, que sus aeropuertos están prácticamente blindados contra ataques terroristas y que hay una mayor presencia policiaca en las calles respecto del promedio de los países.

Pero todo esto es lo que garantiza que los habitantes y visitantes puedan moverse con tranquilidad dentro de esta nación de Oriente Medio, algo que es difícil comunicar desde una perspectiva de la mercadotecnia turística.

**Tzvi Lotan**, director para las Américas, es decir, Estados Unidos y Latinoamérica, del Ministerio de Turismo de Israel, reconoce que el gobierno de este país también quiere tener una tajada más grande del negocio de los viajes en el mundo.

Algo que no parece sencillo en esas condiciones, aunque este país cuenta con algunos de los sitios más venerados de tres de las principales religiones monoteístas como son la católica, la judía y la musulmana.

También es un hecho que en este país existen limitantes en la presencia de las marcas internacionales de hoteles; por ejemplo, en Tel Aviv, la ciudad económica más relevante, las principales cadenas son Hilton, Intercontinental y la local Dam.

Estas tres marcas definen la oferta de lujo en la plaza y ya no hay mucho más; el alto valor de la tierra y las peculiaridades de sus sistemas legal y de gobierno son otros retos para el crecimiento de la actividad turística que sí tiene un potencial relevante.

**DIVISADERO**

Efecto **Trump**. Hace unos días se hacía referencia en este espacio a las consecuencias negativas que podría tener para el turismo de Estados Unidos, la percepción de que **Donald Trump** terminará hostigando a los extranjeros.

Más allá de la desafortunada medida de tratar de impedir la entrada a los ciudadanos de siete países de religión mayoritariamente musulmana, que por cierto no ha prosperado, y de los comentarios agresivos contra mexicanos y chinos, no hay mucho más que decir.

Pero de entrada ya hay un reporte de NYC & Company que está estimando una contracción en la llegada de 300 mil viajeros este año.

Se trata de un ajuste de menos de 3% que representará ingresos a la baja por 600 millones de dólares durante el año.

Lo interesante es que haya un comentario explícito de ese organismo encargado de la promoción de Nueva York, en el sentido de que el principal problema es la retórica de la Casa Blanca.

Una situación que sin duda se presentará en otros destinos relevantes, medidos por la captación de turistas internacionales en Estados Unidos como son Miami, Las Vegas y Orlando.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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