Nadie en su sano juicio, con excepción quizá de algún periodista, decidiría visitar un país en guerra; sin embargo, la oficina de turismo de Israel no sólo sigue promoviendo sus destinos, sino que su gobierno ha logrado proteger con eficacia a la sociedad civil, incluyendo a los viajeros.
En estos días, **Haim Gutin**, comisionado de Turismo de Israel para Norte y Sudamérica, ha declarado que 2014 será un buen año para esta actividad en su país que recibió, en 2013, 3.5 millones de turistas internacionales.
Mientras en México los ingresos por ese concepto llegaron a casi 13 mil 950 millones de dólares, en Israel fueron de alrededor de 11 mil millones, aunque el turismo sólo representa 4.5% de su Producto Interno Bruto (PIB), mientras que aquí rebasa 8.5% del mismo indicador.
Para la economía de Israel el turismo es menos importante, aunque genera 100 mil empleos directos que representan 3% de la fuerza laboral.
Según **Moisés Braverman**, quien como uno de los fundadores de Holam ha llevado viajeros mexicanos a Israel durante años, ese país basa su normalidad en una estrategia permanente de protección a la sociedad civil.
En Tel Aviv, por ejemplo, los vehículos terrestres son obligados a rodear la terminal aérea a través de un camino circular, que permite a las autoridades detener a cualquier sospechoso antes de que se aproxime al edificio principal, y hay dos puestos de revisión a los pasajeros.
Para no hablar de sus misiles de última generación, que interceptan en el aire cualquiera que sea lanzado desde territorio palestino.
Claro que el precio de los boletos aéreos han bajado lo mismo que las tarifas de los hoteles, como consecuencia de los peligros inherentes al conflicto.
La posibilidad de que un terrorista infiltrado en ese país ataque a la población o a los visitantes es real, como sucede en otras partes del mundo.
El enfrentamiento entre palestinos e israelíes es un problema histórico y muy complejo, que periódicamente aviva en esa región los peores sentimientos del ser humano.
En medio de esa realidad, los israelíes no se doblega ni siquiera en el ámbito del turismo.
Divisadero
Jalisco. Hace unos días se publicaba en este espacio la decisión de Grupo Playa de reconvertir sus hoteles AM Resorts en la marca Hyatt, incluyendo el de Puerto Vallarta.
Pues esta última cadena ahora está haciendo una coinversión con la familia Leaño Espinosa para abrir un Hyatt Regency en Andares, el exclusivo centro comercial de Guadalajara.
También viene un NH en Centro Plaza Universidad, otro apoyado por Fibra 1 y los arquitectos que desarrollaron el concepto Quinta Real, **Ricardo** y **Roberto Elías**. Abrirán también en Guadalajara su primer hotel boutique Frida Kahlo, con un fuerte componente dedicado al arte.