Ésta mañana inicia formalmente el proceso de extinción del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) con la llegada de Glenda Argüeyes a la dirección general, pqrq reemplazar a Héctor Flores Santana.
Así es que en lugar de una chef, Gabriela Cámara, quien estará en Fonatur con los temas de promoción del Tren Maya, será una abogada enviada desde la oficina del titular de Hacienda, Carlos Urzúa, quien se encargará de la liquidación de esta empresa de participación estatal mayoritaria.
En el calendario del Consejo estaba previsto que este lunes 17 se celebraría la última junta de gobierno del año y cuando se agendó nadie hubiera podido imaginar que ni ésta ni ninguna otra se llevará a cabo en el futuro.
Una de las tareas de Argüelles debe ser liquidar conforme a lo que marca el derecho a los alrededor de 160 colaboradores que tiene ese organismo.
Si el nuevo gobierno hizo propia la historia de que a través del Consejo se cometieron excesos y no concuerda con un modelo de promoción que acompañó a la actividad turística hasta llegar a los niveles más altos de su historia, ello no debería afectar los derechos laborales de muchos profesionales competentes.
Hay un estimado que ronda los 100 millones de pesos por las liquidaciones de esos profesionales del turismo, así es que entre todas las interrogantes que se deben despejar después de que Urzúa entregue el paquete económico el próximo sábado a la Cámara de Diputados, está el renglón de dónde deberán salir esos fondos.
En total son 32 los colaboradores del Consejo que trabajan en el extranjero para las 21 oficinas con las que cuenta el organismo.
Algunos de ellos han compartido con este espacio, que ya han tenido acercamientos sobre su posible incorporación al servicio exterior mexicano.
La posibilidad de que los más competentes sigan contribuyendo con sus conocimientos y experiencia a la promoción turística del país, parece algo deseable aunque sin duda un asunto a revisar será el de sus condiciones de trabajo.
El sábado también se correrá el velo, respecto al monto real de los recursos con los que contará la Secretaría de Turismo, que encabeza Miguel Torruco, para llevar a cabo en el 2019 las tareas de promoción.
Así es que en resumen viene un cambio de fondo para el modelo de promoción turística del país, lo que es otro motivo de incertidumbre.
El escenario que más temen los hoteleros y empresas del sector, es que sin promoción o con una promoción muy limitada los principales destinos de México como Cancún, Riviera Maya, Vallarta y Los Cabos tengan que bajar sus tarifas para hacer frente a sus costos fijos.
Si esto sucede los primeros destinos que sufrirán son los menos posicionados como Huatulco, Ixtapa o Mazatlán que sufrirían una caída de sus reservaciones.
Esto sería el inicio de un círculo negativo que terminaría por afectar a la actividad turística en el futuro.
Ojalá que las nuevas autoridades turísticas tengan la capacidad de que esto no ocurra con el nuevo modelo de promoción que están construyendo.
