Incentivos para las aerolíneas, además de los subsidios

 
Alonso Gordoa
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Es una historia recurrente. Cada vez que un destino turístico mexicano sufre de problemas de conectividad aérea y los responsables de promoverlo acuden con los directivos de una aerolínea para pedir más asientos, surge la petición de éstas últimas para garantizarlos con dinero.



Así sucedió en Cancún cuando, en la década de los setenta, las autoridades del Banco de México decidieron fundar aquel Centro Integralmente Planeado.

Entonces había un fin económico superior, la necesidad de garantizar la entrada de dólares al país, así es que se apostaron carretadas de pesos no sólo para garantizar el costo de los vuelos, sino en infraestructura hotelera y de comunicaciones y el experimento tuvo un gran éxito.

Hoy el problema es de otra naturaleza y subsidiar los vuelos generalmente termina en rotundos fracasos.

Paulo Miranda, director de Estrategias y Alianzas para América Latina de Delta, refería que un reto sería alinear los costos aeroportuarios de México con los de sus principales socios comerciales.

Esto implicaría revisar los esquemas fiscales, que encarecen desde la operación aeroportuaria hasta el precio del combustible, pasando incluso por el derecho a utilizar el espacio aéreo mexicano.

Además, hay trámites pendientes de simplificar y de ser atendidos con la visión de un Estado moderno, como es el caso de la preinternación a Estados Unidos, que por cierto sí está en la agenda tanto de las secretarías de Turismo y Gobernación.

Claudia Ruiz Massieu, titular de la primera dependencia, confirmó lo anterior en el pasado Tianguis en Puebla.

Si de verdad hubiera un cambio en estos temas, se estaría dando un paso relevante para que México recupere la posición turística que ha perdido en el ámbito internacional.

Divisadero

Nuevos liderazgos. La mayoría de los empresarios determinantes para la actividad turística en México hoy se mantienen fuera de los círculos de la política empresarial.

La razón principal es el tiempo que les demandan sus negocios, cuando ya pasaron aquellos tiempos en que “vivir fuera del presupuesto era vivir en el error”.

Por ello, no ha pasado desapercibido el activismo de Alejandro Zozaya, director general de Apple Vacation Group.

En los últimos dos años, este hombre de negocios se ha dado tiempo para tener una participación activa en las reuniones del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), dar entrevistas de prensa, participar en foros turísticos y comandar el ritmo acelerado de crecimiento de la cadena de hoteles AM Resorts.

Interrogado sobre sus aspiraciones como empresario-político, Zozaya asegura que su único interés es de naturaleza comercial, más porque vive en Estados Unidos, en donde también le dedica una parte fundamental de su tiempo a la familia.

Aunque remató con un “no aspiro a ser presidente del CNET, por ahora…”.



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