MAYAKOBA, Quintana Roo.— Aunque las estadísticas del turismo dicen que, en promedio, la derrama que dejan los viajeros de lujo a un destino es cinco veces mayor que la de un viajero promedio, en realidad no hay cifras duras que lo confirmen.
**Darío Flota**, director del Fideicomiso de Promoción Turística de la Riviera Maya, asume que por lo menos él no tiene un dato que ofrecer al respecto. Sabe que en la medida en que los hoteles de Mayakoba y otros más que están por abrir dirigidos al segmento de los viajeros de alto poder adquisitivo logren mantener sus tarifas, seguirá habiendo una competencia sana en todos los niveles.
Ése fue uno de los factores que tuvo en mente cuando junto con **José Manuel Díaz Cebrián**, director del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) para Gran Bretaña, buscaron atraer aquí el International Luxury Travel Market Americas (ILTM).
Es la segunda ocasión en que Díaz Cebrián lo intentó, pues la primera vez los organizadores no aceptaron Cancún, ya que no les convenció el Centro de Convenciones o, concretamente, los negocios poco presentables que hay alrededor. Así es que en esta ocasión, y dado que los competidores eran Miami y Río de Janeiro, el viaje de inspección fue a Mayakoba con la idea de mostrar el principal destino de lujo que hoy existe en el sureste mexicano.
Esta semana están reunidos aquí 150 vendedores y 150 compradores especializados en la venta de productos de alto costo en el mundo.
**Roberto Borge**, gobernador de Quintana Roo, quien acudió al evento, cuenta que además de la oportunidad que tienen los destinos y los operadores mexicanos dentro del mercado de alto poder adquisitivo, la reunión de ILTM también es importante para la imagen del país.
Efectivamente, y después de todos los problemas que han generado los conflictos de inseguridad en México, resulta relevante que especialistas en el turismo de lujo de Estados Unidos, Canadá o Brasil hayan acudido a la Riviera Maya.
Palabras como “experiencia”, “simplicidad” y “regreso a lo básico” están hoy dentro del concepto de “turismo de lujo”, que ya no puede ser visto solamente como una oportunidad para millonarios que viajan en aviones privados.
El viajero sofisticado busca experiencias humanas verdaderas y aquí hay oportunidades para las comunidades rurales y para los representantes de las culturas nativas que están vivas.
En el hotel Fairmont, donde se realiza la ILTM, hay proyectos en marcha para adquirir artesanías y productos a las comunidades mayas, sobre todo de aquellos que viven en la reserva de Sian Ka’an.
Mientras los grandes hoteles todo incluido superan por mucho las posibilidades de comercialización de los pequeños productores rurales, los hoteles de lujo como éste ofrecen una opción real a los productores del campo.
