El Tianguis Virtual Turístico de las Américas (TVT) puede tener éxito porque se trata de una idea disruptiva, que llega a México en el momento más peligroso de la tormenta del Covid-19.
Se enfoca al núcleo de las ferias de turismo, que son las citas de negocios entre compradores y vendedores, a través de una plataforma digital que funcionará del tres al cinco de junio.
Quien está invirtiendo en el concepto, la plataforma y la comercialización es Roberto Ibarra, un empresario que lleva toda su vida dedicado al turismo de reuniones y que con su empresa ha organizado eventos de la talla del G20 en Los Cabos en 2012.
Su aliado tecnológico es Carlos Drombo, quien también ha hecho varios esfuerzos relacionados con el turismo y la tecnología.
Así es que Ibarra da confianza de que cumplirá y le está cobrando a empresas y destinos 490 dólares, por garantizarles en tres días hasta 48 citas de negocios.
Unos 250 pesos por cita, que le permitirá a destinos, hoteles, receptivos y demás jugadores, presentar sus productos y cerrar ventas para la segunda mitad del año.
Algunas cosas causan dudas del proyecto como el alcance, pues todo indica que lo primero que podría reactivarse es el turismo doméstico; entonces es previsible que ningún destino mexicano estará interesado en buscar a los viajeros latinoamericanos cuando la conectividad estará muy mermada.
Quizá los chilenos hagan citas con chilenos, los argentinos con argentinos y los colombianos con colombianos.
Pero si en este primer esfuerzo logran subir a un número interesante de participantes y se cierran buenos negocios; la experiencia incluso podría replicarse varias veces en el año.
Emprender implica arriesgar e imaginar y por ello hay que reconocer a un viejo lobo de mar, que es el caso de Ibarra, que se esté lanzando a navegar con ideas como ésta.
Divisadero
Subsecretaría. La semana pasada una “fuente generalmente bien informada”, como decía la fórmula de antaño de los periodistas, le compartió al autor de este espacio que la Subsecretaría de Planeación de Sectur estaba en la lista de las que cerrarían por el nuevo decreto de austeridad del presidente López Obrador.
Al pedir la confirmación del dato por el conducto oficial de la Sectur, la respuesta fue que no podían hacerlo pero que tampoco lo desmentía, lo que ello signifique.
En realidad el ahorro sería muy limitado y hasta donde se sabe incluso Alejandro Aguilera, el subsecretario, se mantendría en la Sectur con otro puesto.
Lo que sí no parece una gran decisión, desaparezca o no la subsecretaría, es que desde marzo haya dejado de publicar los datos sobre ocupación hotelera como habitualmente lo venía haciendo Datatur.
Ahora hay una versión muy mermada, con cifras agregadas y sin actualizar, que poco sirven para quienes analizan el fenómeno turístico. Con o sin subsecretaría, la transparencia y los datos duros serán fundamentales para la toma de decisiones y todavía más en éstas que son, “las horas más oscuras” para el turismo.
