Hong Kong y el homeport más moderno del mundo

 
Alonso Gordoa
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En el viaje que **Claudia Ruiz Massieu**, secretaria de Turismo, hizo hace seis semanas a Pekín y Hong Kong, visitó en esta última ciudad el nuevo puerto de cruceros que, con una inversión de mil millones de dólares, será terminado para operar en la temporada de fin de año.



Con él esta exitosa ciudad que funciona con un régimen especial en China, donde después de la crisis del Síndrome Agudo Respiratorio (SARS, por sus siglas en inglés) la llegada de turistas internacionales ha crecido anualmente a tasas de dos dígitos, competirá con los otros grandes destinos de cruceros de la zona, como Singapur y Sidney.

Aquella vez **Félix González Canto**, presidente de la Comisión de Turismo del Senado, y **Carlos Joaquín**, subsecretario de Operación de la Sectur, comentaron que con ese monto se podrían construir 100 muelles de cruceros en México.

Ambos oriundos de Cozumel y conocedores del negocio de los “hoteles flotantes”, aclararon que en México no hay un homeport, como los mencionados arriba; así es que hacían referencia a 100 muelles de paso para barcos grandes.

La falta de un homeport ha sido un tema de falta de liderazgo en el sector turístico mexicano; apenas el año pasado, por mencionar algo, la naviera Carnival ofreció invertir 100 millones de dólares en uno de estos proyectos en México.

Los directivos de la empresa mencionaron la Isla Margarita, frente a la costa del Pacífico a medio camino entre Ensenada y Los Cabos y también la Riviera Maya.

En este último destino hubo una larga discusión cuando **Miguel Quintana Pali**, presidente de Xcaret, propuso abrir un homeport cerca del parque del mismo nombre, pues los grupos hoteleros aseguraron que les generaría una competencia desleal.

La competitividad en Hong Kong está planteada en términos muy ambiciosos, allí el asunto no es cómo lograr que las cadenas hoteleras permitan o no operar un homeport.

En ese destino, por ejemplo, el homeport podrá dar servicio al mismo tiempo a los dos cruceros más grandes del planeta, incluyendo el Allure of the Seas, de Royal Caribean, que transporta a más de ocho mil personas, contando a la tripulación.

También tiene un puente robótico que se desplaza hasta la puerta de diversos cruceros con distintas conformaciones y sus posiciones migratorias están diseñadas para evitar dilaciones a los pasajeros.

La responsabilidad social y compromiso con la ciudad va más allá del negocio que le generará a Hong Kong, pues sobre el homeport operará un parque abierto para todos los habitantes, con vistas espectaculares hacia la bahía.

Finalmente recupera el acierto de Sidney, que ha sido atender las necesidades de avituallamiento, servicios y combustibles que le han dado a Australia un negocio diez veces mayor al que obtiene México con los cruceros.



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