Historias del turismo de reuniones

 
Carlos Velázquez
hrs.

En el siguiente capítulo de una novela medio mala que podría llamarse “Por las pistolas de Mich”, el viernes pasado se volvió a trabar el nombramiento de Gabriel Rosell como director del Fideicomiso de Reuniones de Yucatán.



Como se sabe, Michell Fridman, la secretaria de Turismo del estado y protegida a ultranza del gobernador Mauricio Vila, tuvo que apechugar aceptando el nombramiento de Rosell, en lugar de su amigo y ex cliente Eduardo Yarto.

Su segunda jugada fue ponerlo a este último al frente de la Oficina de Promoción reactivada por la propia secretaria, un trámite que no ha concluido.

Mientras 20% del impuesto al hospedaje se quedaría en el Fideicomiso de Reuniones y 80% pasaría al de promoción.

Se trata de una bolsa de alrededor de 60 millones de pesos al año, pero lo que nadie imaginó fue que junto con el nombramiento de Rosell, Fridman pretendiera el traspaso inmediato de 30 millones para la promoción.

Nuevamente fueron las formas las que detonaron el desencuentro, pues los empresarios se opusieron debido a la opinión de sus abogados de que no procedía dicho traspaso de esa forma.

Tanto la Cámara de Comercio como la Asociación de Hoteles argumentaron, además, de que ello iniciaría la operación del fideicomiso de promoción en un entorno de opacidad.

Los funcionarios de la Sectur Yucatán montaron en cólera y todos los acuerdos previos se fueron a la congeladora, todo lo cual sigue contando en contra de que se trabaje tanto para la llegada de turistas como para la actividad del turismo de reuniones.

Una situación que parece tiene sin cuidado a Fridman, a quien solo le interesa salirse con la suya.

Divisadero

Ironías de la vida. Quien tuvo que viajar unos tres mil kilómetros desde Mérida fue Saúl Ancona, ex secretario de Turismo de Yucatán y precisamente el fundador del nuevo Centro de Convenciones de ese destino.

Como profesional del Turismo de Reuniones, fue invitado por Miguel Aguiñiga, secretario de Turismo de Baja California, para que dirigiera el Centro de Convenciones de esa entidad, el Baja California Center (BCC).

Así es que Ancona ocupó varios meses para hacer un scouting de la plaza, estudiar el mercado y presentarse como prospecto con el sector empresarial.

Ya con todos convencidos de que tenía la capacidad de hacer bien las cosas, acaba de ser contratado como director del BCC y ahora dedicará los próximos meses en poner “a punto” el inmueble, revisando hasta lo más esencial.

Ubicado en Playas de Rosarito, al sur de Tijuana rumbo a Ensenada y el Valle de Guadalupe, su potencial es importante y el primer compromiso importante en puerta es un evento mundial sobre vino.

“Modo”, decían los abuelos, son cuatro letras que mueven muchas cosas y Ancona en lugar de querer entrar a empujones, hizo su tarea y fue contratado sin problema alguno.

Tren Maya. El mejor escenario para la obra de infraestructura de transporte de este sexenio, es que se terminen seis de siete tramos.

Precisamente este último, el que va de Chetumal a Campeche y pasa por un importante tramo de selva, no tienen posibilidad alguna de ser concluido. No es un tema de mercado, sino estrictamente estructural, las pendientes, las características del suelo, la orografía, hacen de dicho tramo la parte más difícil de todo el proyecto.



hrs.

Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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