¿Hasta dónde será autónomo el CPTM?

 
Alonso Gordoa
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Aunque a la llegada de **Claudia Ruiz Massieu** como titular de la Secretaría de Turismo hubo un cambio importante cuando el presidente **Enrique Peña** decidió regresarle su autonomía al Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), hoy persisten dudas sobre lo que ello significa.



En términos conceptuales, y así nació dicho organismo a finales de la década de los 90, las experiencias más exitosas en el mundo referían la importancia de la independencia de los organismos de promoción turística.

El ejemplo clásico es de la Comisión Canadiense de Turismo (CTC, por sus siglas en inglés), que si bien opera con ciertos lineamientos por fondearse con recursos públicos mantiene una autonomía casi total con el gobierno de ese país.

Los resultados que ha obtenido al posicionar la marca país de Canadá como la más valiosa del mundo refrendan que el camino correcto va por allí.

El problema en México es que dicha independencia tuvo matices entre gobiernos, hasta que el entonces presidente **Felipe Calderón** nombró a su secretaria de Turismo, **Gloria Guevara**, directora general del organismo.

Además, pro bono, pues por ley un funcionario del gobierno federal no le puede cobrar dos sueldos a ese mismo patrón.

Lo que sucedió fue que Guevara ejerció un control directo sobre sus recursos y no sólo eso, sino que además le dio un manejo político a parte de los mismos.

Al inicio de esta administración, Ruiz Massieu dio instrucciones a **Rodolfo López Negrete**, director general del CPTM, para que tomara decisiones en función de lo que técnicamente necesitaba la promoción del país.

La presencia de México en las primeras ferias internacionales del año, la de España y la de Berlín, corrieron sin contratiempos; lo mismo que el Tianguis Turístico de Puebla.

Fue así como el equipo de López Negrete hizo una primera licitación, por alrededor de un millón de euros, para asignar el contrato del primer call center en Europa.

Ahora llegó el momento de las principales licitaciones, que involucran más de 110 millones de dólares y al hacer la consulta respectiva, el monto era de tal magnitud que ameritó ir a la Presidencia.

La respuesta fue que se revisarán los criterios, no sólo para decidir lo que sucederá con la promoción internacional, sino también con la nacional, lo que involucra a los principales
medios de comunicación.

Lo deseable es que esto derive en una inversión más eficiente de los fondos, aunque también son importantes los tiempos, pues los gobiernos panistas ya demostraron que el retraso en el ejercicio de los recursos de promoción tiene costos indeseables para el buen desempeño del turismo.

**Una semana. Por un viaje a un destino de difícil comunicación con México, esta columna se publicará nuevamente hasta el lunes 6 de mayo.**



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