Si la base de mantenimiento de Mexicana es descrita habitualmente como el único activo realmente valioso que subsiste de esa compañía quebrada, la realidad es que no las tiene todas consigo.
Con alrededor de 600 empleados, con trabajadores temporales en función de la demanda de trabajo, hasta ahora se ha convertido en una opción para no hacer frente a otro problema que amenaza el ingreso de ese número importante de familias.
La base ha sido un orgullo para el país, debido a la especialización de sus trabajadores que no sólo poseen un conocimiento valioso, sino que también han logrado las más altas certificaciones del mundo de la aviación en México, Estados Unidos y la Unión Europea.
El problema es que son los trabajadores sindicalizados los que están manejando esa unidad de negocios y conforme pasa el tiempo cada vez enfrentan más retos que no pueden resolver. Por ejemplo, para renovar su equipo de servicio, adquirir a tiempo las refacciones que requieren e incluso para tener el dinero que necesitan como capital de trabajo.
Otras compañías que compiten con ellos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), saben que se ha vuelto una práctica común para ellos cobrar salarios de forma intermitente, esto es una quincena sí y otra no.
Y así como sucedió con la quiebra de Mexicana, seguramente hay empresarios interesados en adquirir la planta de mantenimiento, pero el reto es afrontar el pasivo laboral que generan esos mismos trabajadores. Si las características de los contratos colectivos de trabajo originaron en buena medida la quiebra de Mexicana, aquí también hay una carga laboral pesada que los saca del mercado.
En el camino algunos de sus clientes constantes e importantes, como Lan, ya se están alejando y el futuro se percibe cada vez más complicado. Por si fuera poco, otras empresas compiten con ellos de manera más importante y, al final, esto se percibe como otra bomba de tiempo que puede explotar.
Un problema grave, pues los trabajadores viven en la incertidumbre, el gobierno federal sigue dándoles concesiones como no cobrarles estrictamente la renta del piso o los insumos básicos, lo que, además, genera distorsiones en este mercado.
Así que las opciones son: o seguir “nadando de muertito” o pensar en una salida, que no será la mejor, sino la menos mala.
**DIVISADERO**
Tecnología. Si la Semana de Viajes Virtuoso mostró que las agencias de viajes del mercado de lujo no sólo siguen vivas, sino que operan un negocio importante, ello no significa que estén fuera del fenómeno de la tecnología.
Es cierto que a través del servicio le compiten directamente a las agencias de viajes por internet, pero, al mismo tiempo, han surgido empresas que están desarrollando soluciones tecnológicas para este mercado.
Firmas como CheckMate, Bizu, TripBAM, ITexplore, Passport Online, Axus Travel, The Quest y TripScope desarrollan alternativas para los viajeros de alto poder adquisitivo de las nuevas generaciones, sin reemplazar a los agentes de viaje.
