Una de las preguntas que serán contestadas en el capítulo turístico del Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018 es a cuánto llegarán las inversiones privadas en el sexenio.
El Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) sostiene que podrían llegar a 30 mil millones de dólares, un cálculo que sale de revisar el comportamiento de este indicador durante la administración pasada y de observar los rezagos actuales.
Al inicio del sexenio que terminó en diciembre, la Secretaría de Turismo con Rodolfo Elizondo al frente hizo un estimado de que llegarían a los 20 mil millones de dólares entre 2006 y 2012, lo que ciertamente ocurrió.
Lo interesante es que estuvo de por medio el peor año del turismo en México, 2009, que además cogió con “los dedos en la puerta” a empresarios con muchos proyectos en marcha que frenaron abruptamente.
El año récord de inversión turística privada en la historia del país fue 2008, cuando llegó a casi cuatro mil 700 millones de dólares y en los primeros tres años el promedio fue de cuatro mil.
Así es que en números redondos, 12 mil millones correspondieron a la primera mitad del sexenio y sólo ocho mil a la segunda.
Durante muchos años México fue el líder de América Latina no sólo en el número de cuartos sino en la construcción de nuevos; posición que perdió recientemente ante Brasil, que no sólo tiene rezagos en infraestructura hotelera sino que además recibirá el Mundial de Futbol y las Olimpiadas.
Según Lodgin Econometrics, firma especializada en este tema, en 2013 se abrirán en la región 120 hoteles y 18 mil 183 cuartos, esto es más que en 2008, aunque en México no llegarán a tres mil, mientras que a Brasil le corresponderán más de siete mil.
México es un destino mucho más cercano a los grandes emisores de turistas internacionales del continente, Estados Unidos y Canadá, y tiene una oferta turística mayor.
El reto para reactivar las inversiones tiene dos vertientes principales:
Cambiar las normas que desalientan nuevos proyectos, en especial la llamada Ley Manglar encontrando fórmulas que protejan al medio ambiente, pero que también impulsen el desarrollo. Esto involucra al Poder Legislativo, además habría que trabajar con los municipios donde se concentran muchas reglas innecesarias y problemas de corrupción.
Contar con nuevos mecanismos en las instituciones financieras de desarrollo, que impulsen las inversiones turísticas.
Si como antecedentes hay un ambiente de negocios favorable y la confianza que ha surgido a partir del proceso electoral sin contratiempos y la llegada del nuevo gobierno, no hay que descartar el pronóstico del CNET.
Aunque llegar a 30 mil millones de dólares es una cifra que, desde hoy, requiere cambios también sin precedente.
