Grandes inversionistas turísticos quieren entrar a Calica

 
Carlos Velázquez
hrs.

Si el presidente López Obrador está presionando a Vulcan, propietaria de Calica, para utilizar sus minerales en el Tren Maya y que su puerto apoye también dicha obra; el desarrollo turístico que él propone se está gestando desde hace más de 15 años.



Vulcan tiene otras dos propiedades aledañas, La Adelita y El Corchalito, sólo la primera sin afectar; pero en ambos casos están suspendidos los permisos de extracción desde 2018.

Ese año la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), clausuró indefinidamente las operaciones en El Corchalito luego de varias visitas de inspección, según las cuáles no se habían cumplido las disposiciones de la MIA autorizada en el 2000.

Fue en noviembre de ese año cuando Vulcan interpuso un arbitraje internacional en el marco del TLCAN, en el que reclamaron que el estado mexicano estaba violando los acuerdos a través de diferentes niveles de gobierno.

Mientras tanto desde la década pasada ha habido planes para impulsar la actividad turística precisamente en esa zona, en un inmueble de 800 hectáreas con un frente de playa de casi cuatro kilómetros que colinda con Calica.

La heredera de ese inmueble es Rosa Joaquín Alcérreca y sus hijos fueron quien negociaron con Eduardo Sánchez Navarro, presidente de Grupo Questro y uno de los empresarios turísticos más importantes de México, para coinvertir en un desarrollo turístico inmobiliario.

Calica se encuentra en el corazón de la Riviera Maya y el inmueble privado que tiene el mayor frente de mar de la zona, colinda con el Puerto Punta Venado que, a su vez, se encuentra junto a Xcaret y otros parques de ese grupo que preside Miguel Quintana Pali.

El desarrollo propuesto por Sánchez Navarro era de baja densidad, orientado al mercado de alto poder adquisitivo y la idea era que compitiera con Maya Coba el desarrollo de turismo de lujo que se encuentra unos kilómetros al norte.

El proyecto estaba en la fase de diseño conceptual, pero se paró debido a que estalló la crisis inmobiliaria en Estados Unidos de 2008, lo que afectó diversos proyectos en varias partes del mundo, incluyendo a México.

Después los propietarios del inmueble decidieron que optarían por vender el inmueble, pues perdieron el interés en participar en una coinversión con resultados en el mediano y largo plazos.

El interés que ha generado esa propiedad es muy grande y lo mismo se han acercado cadenas como Ríu e Iberostar, que otros empresarios menos conocidos.

De hecho, los dueños adoptaron como una política cobrar 50 mil dólares, no reembolsables, por dar acceso a la propiedad y a sus escrituras que sólo se bonifican en operaciones en firme.

Recientemente un grupo turístico adquirió allí una propiedad de 140 hectáreas, aunque el nombre del mismo está protegido por un acuerdo de confidencialidad.

También hay un compromiso de compra de otro terreno de 130 hectáreas, en el que está llamado a convertirse en un nuevo polo de desarrollo turístico en Quintana Roo.

Los planes se pueden acelerar si se concretara el anuncio del presidente de cancelar la concesión de Calica, aunque para ello ya hay un arbitraje internacional que obligaría al gobierno mexicano a indemnizar a Vulcan por mil 500 millones de dólares. Con la mina funcionando o no, las declaraciones del presidente están alentando nuevamente el interés por impulsar un megaproyecto turístico en esta zona.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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