Fonatur: “Cuando las barbas de tu vecino veas recortar…”

 
Carlos Velázquez
hrs.

Esta semana Rogelio Jiménez Pons, subsecretario de Comunicaciones y Transportes y ex director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), entregará información precisa sobre los señalamientos hechos en algunos medios sobre su gestión en este organismo.



Está seguro de no haber incurrido en corrupción y también confía en que Alejandro Varela, ex director jurídico del Fondo, y Ricardo Ampudia, ex director comercial, sus dos operadores, actuaron en el mismo sentido.

Sin embargo, es factible que, como lo señaló el Órgano Interno de Control (OIC) de la institución; se haya “saltado las trancas” por acelerar los procesos.

Esta no ha sido una forma de actuar exclusiva de Jiménez Pons y su equipo; sino una práctica común de los funcionarios de la 4T.

Hace tres administraciones John McCarthy, entonces director de Fonatur, compartió con el autor de este espacio varios momento de frustración por no poder ejecutar algunas decisiones debido a la normatividad.

La Escalera Náutica Del Mar de Cortés, uno de los proyectos de turismo náutico más ambiciosos, nunca logró los alcances deseados debido a que ni los mejores abogados del Fondo lograron desatar los nudos de la normatividad pública.

Alejandro Zozaya, fundador de AM Resorts, compartió una historia en donde su grupo le compró a Fonatur una propiedad hotelera en Huatulco, que después devolvió porque no podía iniciar la construcción mientras no se dieran las condiciones a las que se obligaba previamente el Fondo.

Ya con Felipe Calderón como presidente, aunque Rodolfo Elizondo se mantuvo al frente de la Secretaría de Turismo, Miguel Gómez Mont, aquel director de Fonatur que salió tras protagonizar un escándalo en el Mundial de Futbol de Sudáfrica, no tuvo reparo en devolverle el dinero a Zozaya.

Pero le advirtió que estaba cometiendo un error porque Huatulco sería un polo de turismo de ultra lujo, como Mayakoba; la realidad fue que el terreno hoy sigue tal y cual lo devolvió el empresario.

Por esos proyectos que no fraguaron en Huatulco, Asur de Fernando Chico Pardo frenó sus planes para un inmueble que compró en el destino; así es que sólo se preocupó de que la administración pasada le condonara unas multas y ya en este sexenio Jiménez Pons le regresó el dinero para recuperar un activo que vale el doble en términos nominales.

Otro ejemplo de lo que hizo Jiménez Pons, fue autorizar una compra directa para una exhibición en Dubai; siguiendo una petición de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que incluso pidió un proveedor, decisiones que sólo se toman si se tiene la confianza del Presidente.

Es probable que los “obuses” mediáticos contra el subsecretario hayan salido del propio Fonatur; pues al equipo de Javier May, actual director del Fondo, le conviene victimizarse por el “desastre que le dejaron”.

Sólo así podrá justitificar que ni remotamente estarán terminadas los siete tramos del Tren Maya para finales de este sexenio.

Miguel Torruco, titular de Turismo, quien siempre ha sido ignorado por Jiménez Pons, podría ser otra opción, pero si fuera descubierto en una maniobra como esa significaría su tumba política.

Lo previsible es que no suceda nada más, pues pedirle la renuncia al subsecretario por prácticas administrativas que han sido la regla y no la excepción en el actual gobierno, provocaría temor y paralizaría proyectos en marcha.



hrs.

Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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