Estadunidenses, sin viajar al extranjero

 
Alonso Gordoa
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Si visto desde la incómoda distancia de la vecindad territorial, Estados Unidos está recuperando su fortaleza como destino, va rezagado en la meta autoimpuesta por el presidente Barack Obama de recibir 100 millones de turistas internacionales para finales de 2021.



Un dique siguen siendo las visas, que en el caso de Brasil es capitalizado por los países europeos que hoy captan más de 50% de los viajeros internacionales de ese país, mientras que Estados Unidos sólo recibe 20 por ciento.

Efectivamente, ningún miembro de la Unión Europea le exige visa a los brasileños y aunque los gobiernos de Estados Unidos y Brasil ya iniciaron negociaciones para eliminar mutuamente la visa, no hay indicios de que esto vaya a ocurrir de inmediato.

La situación es mucho más complicada para países como México, en comparación con Brasil, que se encuentra en los “cuernos de la luna” económica.

Un paso fue la firma del acuerdo para autorizar el programa Global Entry; sin embargo, el número de personas que se han incorporado al mismo no llega a 20 mil, así es que estadísticamente
es irrelevante.

El principal obstáculo es la falta de promoción del programa en México, pero el segundo es el personal insuficiente para otorgar las citas respectivas en los aeropuertos de Estados Unidos que participan
en el mismo.

Además, los estadunidenses han perdido su ímpetu como viajeros, lo cual afecta el potencial de crecimiento en el número que llega desde Estados Unidos.

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), los estadunidenses están colocados en el segundo sitio como los viajeros que más gastan en sus trayectos internacionales, con 79 mil millones de dólares, contra 84 mil millones de los alemanes.

El problema es que el vecino del norte tiene cuatro veces la población de Alemania, lo que hace evidente el relativo interés que tienen en salir de su país.

Una situación que vuelve a mostrar la relevancia de que México tome medidas más agresivas, como sería alentar la preinternación desde los principales aeropuertos mexicanos previos a los viajes a Estados Unidos.

Su impacto resultaría importantísimo para alentar los vuelos de menos de cuatro horas que es, por ejemplo, más de lo que un estadunidense tarda en volar desde Los Ángeles hasta Nueva York.

Divisadero

NY. Precisamente esta semana José Luis Garza, director general de Interjet, estuvo en Nueva York con motivo del vuelo inaugural desde la Ciudad de México.

Volaris, de Enrique Beltranena, evidentemente quisiera competir en la misma ruta, pero no tiene la oportunidad debido a los viejos acuerdos con Estados Unidos que permiten los vuelos por pares de aerolíneas.

Así es que Interjet ocupó el hueco que dejó Mexicana y Volaris deberá esperar hasta que cambien las reglas.



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