En la carga tampoco será imposible doblegar

 
Carlos Velázquez
hrs.

En México sólo hay un Operador de Base Fija (FBO) más importante que los más de 10 que operan en Toluca y es el de San José del Cabo, lo cual se debe a la gran oferta y demanda que existen de vuelos privados con más de 25 aeropuertos estadounidenses.



Una tarde de domingo, la terminal comercial del aeropuerto de Toluca seguirá vacía, pero siempre habrá la efervecencia de los jets privados trasportando a sus propietarios o arrendatarios después de que salieron el fin de semana.

¿Algunas vez escucharon a algún político diciendo que tenemos hasta tal fecha para que el mayor número de operaciones privados de América Latina se muevan vía el aeropuerto de Toluca?

Lo que pasó fue que se dieron las condiciones correctas y creció el interés por utilizar esa pista, que ahora cuenta un conjunto de hangares privados de gran calidad.

El presidente López Obrador ha cumplido su palabra de usar vuelos comerciales para desplazarse, pero jamás logró vender el Boeing 787 que ni el presidente Obama tenía, porque detrás hay una razón técnica.

Sus motores Rolls Royce no fueron diseñados para soportar toda la carga y pasajeros que requiere un avión comercial de flotilla, era un avión de demostración y precisamente sirvió para surcar los cielos con un número limitado de tomadores de decisiones cuando fue lanzado.

Que un país como México, y el presidente Calderón en concreto, no debieron haber autorizado dicha operación con tantos mexicanos carentes de los necesario es otra historia; pero el avión de la Presidencia de México sólo puede ser vendido al precio y condiciones correctos asumiendo una pérdida que sigue creciendo.

Ahora el presidente López Obrador dice que su gobierno tiene hasta septiembre de 2024 para consolidar al AIFA y otra vez no lo conseguirá si por ello entiende plena operación de carga y pasajeros y que además el aeropuerto gane dinero.

Su fraseo debería ser distinto, pues ya cumplió sorprendiendo a todos al destruir el proyecto de Texcoco con lo que logró mostrar su músculo político; fue el “quinazo de la época de Carlos Salinas”, pero el mercado decididirá el ritmo al que se concretarán las operaciones comerciales y de carga.

Claro que puede emitir decretos, utilizar el poder del águila, distanciarse más de las aerolíneas y cada uno jugará sus cartas tampoco para no enfrentársele, e incluso darle por su lado, pero la lógica que ganará será la del tiempo y la cartera.

El mercado es implacable y la única apuesta ganadora es escucharlo; como sucedió en Toluca.

Divisadero

Estulticia. Nunca sobra tiempo para el asombro, aunque esta vez el autor de Veranda no pudo asistir a la Feria Internacioanl de Turismo de España (Fitur), Marianita Orea le envió desde allá el último ejemplar de Oveja Negra.

Le preguntó a Miguel Torruco, el secretario de Turismo, ¿cuál cree que son las amenazas que se tienen que combatir en lo inmediato en cuanto a turismo en el país?

“La principal amenaza es que siempre abundan las malas noticias en muchos medios de comunicación, precisamente para querer una vez someter a las dávidas que se daban antes”, respondió.

¿Y la menor competitividad, la inseguridad, que no regrese la categoría uno de la FAA, la recuperación asimétrica de los destinos o los problemas migratorios? El personaje sufre por no escuchar aplausos.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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