El turismo mexicano después de las elecciones

 
Carlos Velázquez
hrs.

Varios conocidos que se dedican al turismo hace poco menos de seis años dejaron sus sillones frente al televisor, para ir al zócalo de la CDMX a celebrar el triunfo de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México. 



Si esto fuera el próximo domingo ya no lo harían.

Personalmente estoy en desacuerdo con la visión estatista de esta administración y considero que la incompetencia de muchos también impide gobernar correctamente.

El domingo hay elecciones presidenciales y es importante votar para que todas las ideas estén representadas en las instancias ejecutivas y legislativas.

Son dos los escenarios preocupantes: Que Xóchitl Gálvez, la candidata opositora, gane por un margen apretado pues sería previsible una crisis política alentada por el gobierno; también que arrasara Morena porque anclaría más al país en el pasado.

Aunque es un buen momento para hacer un recuento sucinto de lo que ha sucedido con el turismo en los últimos seis años.

Este sector fue uno de los que se recuperó más rápidamente a nivel mundial de la pandemia, por la decisión del gobierno de no cerrar las fronteras dada la codependencia con Estados Unidos.

Por lo demás López Obrador no solo ignoró al turismo, sino que lo utilizó como pretexto para una de sus obras faraónicas, el Tren Maya, que castigará las finanzas públicas durante décadas.

Al cerrar el Consejo de Promoción Turística (CPTM) dejó al país sin un organismo que promoviera la marca México, lo que ha tenido un costo elevado para esas entidades y destinos que no han podido compensar por su cuenta dicha ausencia.

Colateralmente acabó con la promoción digital de Visit México, pues el secretario Miguel Torruco quiso volverlo un negocio para su amigo Marcos Achar, con quien terminó distanciado y además degradó una herramienta líder a nivel mundial al volverla una página web de escuelita.

Según el último reporte de ONU Turismo, de 2019 al cierre de 2023 México pasó del séptimo al sexto receptor de turistas internacionales y del décimo séptimo al décimo en ingresos de divisas.

La pandemia distorsionó las cifras, pero ni la carrera del pescado de Moctezuma, ni el mini museo de Manzanero en Mérida ni demás chambonadas incidieron en estos avances temporales.

Hoy los destinos asiáticos siguen afectados por su manejo del Covid, pero conforme países como China, Japón y Corea del Sur recuperen sus posiciones México descenderá nuevamente.

Xóchitl Gálvez básicamente ofreció recuperar lo que había antes, como el CPTM y Fonatur para alentar la planeación y las inversiones (algo que tanta falta le ha hecho a Acapulco tras Otis) y reactivó el diálogo con los empresarios.

Sheinbaum prácticamente no mencionó al turismo durante su campaña, en sus 100 puntos para impulsar a México sólo incluyó nuevos aeropuertos y no hay expertos reconocidos en el tema dentro de su equipo.

Quizá la lección más importante de todas sobre el turismo es que los particulares lograron, caminando en solitario, mantener vigente una actividad que representa 9% del Producto Interno Bruto.

Con esos antecedentes es deseable que no surjan en el futuro regulaciones asfixiantes, que se respete el estado de derecho, que se invierta en infraestructura bien planeada, que se aliente el diálogo y se apoye la competitividad.

Hoy la apatía gubernamental hacia el turismo y la incompetencia de los funcionarios públicos sólo han profundizado las diferencias en México entre destinos ricos y pobres.



hrs.

Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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