El turismo en el año de la invasión rusa a Ucrania

 
Carlos Velázquez
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¿Cómo impactará al turismo el infierno que desató Rusia contra Ucrania?; después de que en abril de 2020 nadie anticipó que en sólo tres meses los estadounidenses estarían viajando a las playas mexicanas en plena pandemia, responder a esta pregunta tendrá imponderables.



En todo caso se vislumbran algunos escenarios y la respuesta rápida es que el turismo será otro de los perdedores de esta guerra sin sentido, aunque las consecuencias pueden ser muy diferentes en Europa y América.

Hoy el conflicto bélico ya disparó los precios de los hidrocarburos, así es que los boletos de avión aumentarán hasta donde resista la elasticidad de los mercados; al tiempo que reducirá los márgenes de ganancias de las aerolíneas y de las cadenas hoteleras que pagarán más por el consumo de energía.

El aumento de los combustibles se reflejará también en diversos productos, incluidos los alimentos; una noticia pésima en un año en que el Banco de México sigue luchando para frenar la inflación que, anualizada, sigue arriba del 7%.

La inestabilidad financiera que está provocando la crisis, hará que los muchos inversionistas se refugien en las opciones conservadoras; así es que el dinero se encarecerá y México tendrá menos oportunidades de atraer a los inversionistas extranjeros.

Internamente hay un escenario de mayores presiones inflacionarias y de menor crecimiento, así es que ya parece optimista el pronóstico ajustado de que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá poco más de 2%.

Ercan Yilmaz, presidente de Megatravel, principal mayorista de viajes de México hacia Turquía, Emiratos y Rusia; duda que la guerra impactará negativamente en los viajes de mexicanos a Estambul o Medio Oriente, pues el conflicto difícilmente llegará a esas latitudes.

En cambio, fue más cauteloso por lo que hará Rusia respecto a la emisión de visas para entrar a su país y por la caída de la conectividad aérea; como ya vimos con el rompimiento de la alianza de la estadounidense Delta con la rusa Aeroflot.

Dependiendo de cuánto dure el conflicto, el turismo de Turquía será uno de los grandes perdedores porque Rusia es su principal emisor de viajeros y Ucrania, admirable por el valor de su gente, es el número tres.

La situación tensó la relación con los rusos con la decisión del gobierno turco, de prohibir el paso de barcos de guerra rusos por el Mar Negro.

Rusia es el quinto o sexto emisor de turistas hacia el exterior medido por su gasto, así es que las sanciones que están aplicando contra ellos está provocando que falte un jugador adinerado en los circuitos del turismo internacional.

Un hecho que le preocupa no sólo a los empresarios turísticos turcos, sino a los de otros países como España, Italia y Egipto.

Como cada vez que hay un conflicto bélico, los estadounidenses tienden a viajar menos y es previsible que la guerra limite sus planes de visitar Europa y otros destinos de larga distancia; por lo que México seguramente seguirán siendo una buena opción para ellos. Si se cumplieran los nuevos y más catastrofistas escenarios que ven a Rusia invadiendo a Suecia y Finlandia, dos países que no pertenecen ni a la Unión Europea ni a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); entonces el turismo sería irrelevante, pues lo que estaría en juego es el futuro de la humanidad.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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