Si hubiera que identificar dos países vecinos, ambos ricos y con una frontera común de casi nueve mil kilómetros que le jugaron a “blanco y negro” en materia turística durante la pandemia, la respuesta estaría en Estados Unidos y Canadá.
Si tanto la Organización Mundial del Turismo (OMT), como el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) recomendaron no cerrar fronteras, con el argumento de que la enfermedad de todas maneras se propagaría y habría que pagar un elevado precio por la falta de viajeros, los canadienses pusieron por encima la salud y la vida de sus ciudadanos.
Saber objetivamente cuál de las dos visiones tuvo la razón es un análisis con muchísimas aristas, pero es un hecho que esa decisión provocó que la llegada de canadienses a México se cayera como una plomada desde la parte más alta de la Torre CN.
A los canadienses se les quiere y se les extrañó en México, pero dicha pérdida no tuvo matices de tragedia porque, comparativamente, consumen poco y son bastante menos que los estadunidenses.
Por decir algo, en 2019 los turistas canadienses gastaron 35 mil 300 millones de dólares en el extranjero y el año pasado 24 mil 400 millones; mientras que los turistas estadunidenses llegaron a 132 mil 300 millones en 2019 y el año pasado sumaron 114 mil 900 millones, según las cifras de la Organización Mundial del Turismo.
Así es que, en aquel momento, el país de la bandera con la hoja de maple representaba 26.74% del gasto versus los de la bandera de las barras y las estrellas, y el año pasado, 21.4 por ciento.
Así es que esos turistas estadunidenses que los destinos mexicanos tuvieron “prestados” por la pandemia de covid-19, compensaron con creces a los canadienses que dejaron de venir.
Ayer inició en Quebec Rendez-vous Canada (RVC), la feria de turismo de ese país, y Randy Boissonnault, ministro de Turismo, según reportó Rodrigo Caire a Veranda, dijo que, según las tendencias observadas al inicio de este año, su país recobrará sus ingresos turísticos que registraron durante 2019 este mismo 2023, cuando en enero pasado los pronósticos más optimistas eran que lo haría hasta 2024.
En el caso de México, y sin que estén recuperadas por completo las rutas entre destinos mexicanos y canadienses, y tampoco las frecuencias y los asientos disponibles, ya se está observando una fuerte presencia de los habitantes de ese país en los principales sitios turísticos.
Según la Unidad de Política Migratoria, perteneciente a la Secretaría de Gobernación, la llegada de canadienses en el primer cuatrimestre de 2023 comparada con el mismo periodo de 2022 creció 82.6% y lo hizo en 30.2% en abril de este año contra el mismo mes, pero del año pasado.
Un reto para los mexicanos que desean visitar Canadá son los precios aéreos, que se han elevado, pero Boissonnault aseguró que su país los vale; además, México está entre sus cinco principales mercados emisores.
Sin rebatir el argumento de los bellos atractivos, otro desafío para Canadá es que la mayoría de sus rutas son a destinos de sol y playa, donde vienen a quitarse el frío, pero el problema es que los mexicanos playeros no llenan muchos de los asientos, que se regresan vacíos.
Allí en la feria, Air Canada anunció una nueva ruta Monterrey-Toronto, pues son más los mexicanos que viven en las grandes ciudades quienes quieren ver las auroras boreales, visitar los parques nacionales y descubrir los sabores de ese país.