El Tren Maya y la “gira de la muerte”

 
Carlos Velázquez
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Mientras el número de contagios del nuevo coronavirus sigue creciendo en México a un ritmo imparable, parece un escenario altamente riesgoso que el presidente López Obrador (AMLO) se disponga a hacer este primero de junio la “gira de la reapertura” por el sureste mexicano.



Lo que están viendo expertos como el doctor José Ángel Córdova, ex secretario de Salud que lidió con el H1N1 en el gobierno de Felipe Calderón, es que la interacción social en fechas como el 30 de abril, Día del Niño, y el 10 de mayo, Día de la Madre, impactaron para que México no haya llegado a la cima de la pandemia.

Ayer martes fue el peor día de todos en términos de contagios y de muertos e incluso con la explicación de que el segundo día de semana hay más registros, pues no todos los estados reportan los domingos, ya es 28 de mayo y claramente la crisis no cede.

¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud? Que el epicentro de la pandemia está en América Latina y, fundamentalmente, en Brasil y México.

Hay un modelo matemático que ha sido muy acertado para proyectar el comportamiento del Covid-19 por país y lo desarrolló el doctor Youyang Gou del Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Según este modelo el aplanamiento de la curva vendrá en México hasta el cinco de julio, esto es casi dos meses después del pronóstico de Hugo López Gatell, el subsecretario que comanda la lucha contra la pandemia.

Según el modelo de Gou el pico ocurrirá el 26 de julio y anticipa que el número de muertes previstas es de 88 mil al 4 de agosto; con un límite inferior de 24 mil y superior de 173 mil.

Si el presidente López Obrador se va al Sureste, viaja en avión comercial y da banderazos al inicio de la construcción de los distintos tramos del Tren Maya, lanzará el mensaje de que la crisis ya terminó y de que todos podemos salir.

El mandatario ha dicho que el mayor compromiso de su mandato es acabar con los pobres y si los manda a la calle, con los hospitales públicos saturados, ciertamente acabará con decenas de miles de esos pobres pero no de la manera deseable sino enviándolos a la muerte.

Claro que el ha dicho que quienes critican el exitoso trabajo del doctor Gatell, quien por supuesto no ha sido laureado por la Organización Mundial de la Salud, es porque se tratan de “fifís” dolidos porque les han quitado sus privilegios.

Su decisión de abrir así podría tener consecuencias terribles para el turismo, pues un rebrote en el sureste y la previsibles noticias de que México está en medio de un desastre, sólo retrasará el regreso de los viajeros.

Los protocolos de apertura de carácter obligatorio, como lo planteó ayer Taleb Rifai, ex secretario general de la Organización Mundial del Turismo, condecorado por México con el Águila Azteca; las certificaciones públicas y privadas y muchas pruebas son para el turismo parte de ese camino que López Obrador no quiere ver.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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