Las historias del poder tienen su origen en detalles más comunes y corrientes de lo que es común suponer, aunque son pocos quienes las conocen.
Hace seis años, por ejemplo, **Arturo Sarukhán**, quien ha tenido un papel destacado como embajador de México en Estados Unidos, había sido notificado el 30 de noviembre por la noche sobre su nombramiento como secretario de Relaciones Exteriores.
Una posición que había buscado y para la que se había preparado, pero en la última “sopa” de las fichas del dominó la “mano” le resultó adversa.
Esa noche, mientras el entonces presidente electo **Felipe Calderón** se preparaba para entrar por la puerta de atrás de la Cámara de Diputados para asumir la máxima responsabilidad del país, seguía negociando con su partido y los factores reales del poder la conformación de su gabinete.
El mandatario apostaba por Sarukhán para conducir la política exterior, pero el tema de género resultó ineludible y no encontró otro puesto para incluir una mujer más entre sus secretarios de Estado.
Así es que la decisión final cambió poco después de la medianoche del primero de diciembre la embajadora **Patricia Espinosa** llegó a la cancillería.
Sarukhán recibió la noticia de que no sería secretario de Estado, sino embajador de México en Washington, cargo en el que se desempeñó reportando en directo a Calderón.
Tres años después, cuando el mandatario dio marcha atrás a su decisión de desaparecer la Secretaría de Turismo (Sectur), Sarukhán fue considerado por él para reemplazar a **Rodolfo Elizondo**.
Pero cuando fue invitado a tomar la estafeta, declinó el ofrecimiento argumentando que se había preparado para conducir las relaciones diplomáticas con el extranjero y no el turismo.
Fue entonces cuando iniciaron las consultas que llevaron al nombramiento de **Gloria Guevara** como la primera titular de Turismo, con un perfil estrictamente técnico.
En la nueva administración, el turismo requiere al frente un experto en la materia cercano a **Enrique Peña Nieto**, para que impulse medidas como la preinternación a Estados Unidos y la eliminación de reglas caducas que frenan la inversión extranjera.
Un especialista que entienda la importancia de devolverle la autonomía al Consejo de Promoción Turística, pues en su versión actual se ha politizado el uso de su presupuesto.
Alguien que además acompañe la reestructuración financiera de Fonatur, sumido en una deuda muy grande e impedido para ser el promotor de los medianos y grandes proyectos del turismo.
Sin embargo, existe claramente el riesgo de que la Secretaría de Turismo termine siendo una posición a través de la cual se cumplen compromisos políticos y muy difícilmente habrá otro Sarukhán que decida decir no, debido a que su foco de actividad está en otro sitio.