La declaración de los ministros de Turismo que forman parte del Grupo de los 20, tras el encuentro que se llevó a cabo en Mérida la semana pasada, muestra el potencial de este sector para generar empleos y propiciar el desarrollo, siempre que haya los incentivos adecuados.
Las cifras hablan por sí solas:
1.– El turismo representa más de 9% del Producto Interno Bruto (PIB) a escala mundial.
2.– Es una de las actividades que crecen más rápido y son más resistentes; por ejemplo en 2011, pese a los severos problemas económicos en muchas partes del planeta, los arribos de viajeros internacionales aumentaron 4.6% y la recepción de turistas internacionales creció 3.8 por ciento.
3.– Este año el mundo registrará por primera vez la cifra de mil millones de arribos internacionales, y para 2030 serán mil ochocientos millones de arribos.
4.– Ocho por ciento del empleo global depende del turismo y por cada puesto que se crea en este sector se abren otros dos en diversas ramas de las economías.
5.– Las exportaciones que genera el turismo alcanzan 1.2 billones de dólares por año, esto es 1.2 trillion en inglés, que representan 30% de los ingresos foráneos por servicios.
6.– La cifra aumenta a 45% de los ingresos por exportación de servicios de los países menos desarrollados.
El foco de las acciones que identificaron los gobiernos del G20 para propiciar un crecimiento todavía más acelerado del turismo fue la facilitación migratoria.
Acuerdos bilaterales entre países regionales por grupos de países y empleo de la tecnología como opción para facilitar el tránsito de los viajeros sin descuidar los temas de seguridad fueron algunas de las opciones que se pusieron sobre la mesa.
Divisadero
Subsidios. La que resultó increíble fue la declaración del presidente Felipe Calderón, quien pidió a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes revisar un posible plan de subsidios a las aerolíneas para conectar a los destinos turísticos nacionales.
Darío Flota, director del Fideicomiso de Promoción Turística de la Riviera Maya, fue el primero en recordar que dicha opción no era nueva y que en el pasado no había dado buenos resultados.
La experiencia prueba que es echar dinero a un barril sin fondo, pues el hecho de que una compañía vuele temporalmente a cierto destino, esto es mientras el gobierno garantiza los asientos, no significa para nada que cuando deje de hacerlo el vuelo vaya a seguir adelante.
Como dijo Flota, estos programas no generan la fidelidad de las aerolíneas; pero, además, tampoco fomentan la demanda.
En cambio, la “preinternación”, una medida que no cuesta dinero pero sí capital político, sigue siendo una de esas medidas de “alto impacto” del Acuerdo Nacional por el Turismo, que ni siquiera fue mencionada por el mandatario.
