El gobernador Vila ignora la invasión a dos hoteles en Yucatán

 
Carlos Velázquez
hrs.

En un estado aparentemente modelo para el turismo mexicano, se está escribiendo una historia truculenta que deja mal parado a Mauricio Vila Dosal, el gobernador panista de esa entidad cuya popularidad en las encuestas soporta sus aspiraciones presidenciales.



Vila junto con su secretaria de Turismo, Michelle Friedman, no han escatimado recursos públicos para promover los destinos yucatecos.

Por ello, y en una entidad que presume tener la policía más profesional de México, es extraño que la fuerza pública no haya intervenido para desalojar a un grupo de choque que invadió los hoteles Mayaland y The Lodge propiedad de Fernando Barbachano Herrero.

Este empresario tiene dichos inmuebles al lado del sitio arqueológico de Chichen Itza y la invasión puede ser una señal preocupante para otros inversionistas.

Los vestigios mayas estaban en una propiedad de Barbachano, que donó al estado de Yucatán; aunque en el convenio respectivo, mantuvo algunos privilegios como un acceso directo al sitio desde sus hoteles lo cual le ha permitido realizar actividades únicas para sus huéspedes.

La pandemia golpeó duramente a estos establecimientos pues el sitio arqueolótgico reabrió hasta mediados del año pasado; así es que Barbachano firmó un “convenio de arras de intención de compra” por seis millones de dólares con Rodolfo Rosas Moya.

Este último tiene una fama bien ganada de defraudador con varios casos conocidos y entre sus víctimas incluye a Donald Trump quien, antes de ser presidente, lo criticó en marzo de 2015 en su cuenta de Twitter, cuando escribió:

“Debido a Rodolfo Rosas Moya, que me debe mucho dinero, México nunca más volverá a ser sede del Concurso Miss Universo”.

¿Por qué Barbachano firmó con Rosas Moya cuando muchos le recordaron sus antecedentes?

Principalmente porque la cifra, seis millones de dólares, era muy atractiva; además el “convenio de arras” estaría “blindado” y de hecho el propietario recibió 4.5 millones de dólares, pero luego ya no obtuvo el último tramo.

Luego de varias prórrogas, Barbachano dio por cancelado el convenio y, como establecía, retuvo los 4.5 millones de dólares como una pena previamente pactada; también demandó a Rosas Moya por los restantes 1.5 millones de dólares.

La madrugada del 18 de febrero llegó un grupo de choque, en 12 camionetas, y golpearon al personal, invadieron los hoteles y destruyeron las cámaras de seguridad.

Barbachano ha hablado directamente con el gobernador Vila Dosa, ha interpuesto varias denuncias penales y está actuando en diversos frentes legales para defender sus propiedades.

El hecho que sorprende es la pasividad de Vila y sus colaboradores, quienes han dejado pasar este lamentable hecho.

Rosas Moya es experto en hacer negocios abusivos a la sombra del poder público, aunque es difícil creer que ahora lo esté haciendo con un político del prestigio de Vila; pero también es complicado pensar que no sea pato cuando este “animal” grazna, camina y se mueve como tal.

Divisadero

CDMX. La nueva titular de turismo de la capital, Rebeca Sánchez, está impulsando con el Fondo Mixto la comercialización de la marca CDMX, a cambio de una comisión de entre 10 y 15% sobre el precio de los productos.

La iniciativa es reflejo de la necesidad que tienen las autoridades de turismo de fondearse, pero falta ver si hay un público dispuesto a pagar más por un gorra o una camiseta con esas cuatro letras.



hrs.

Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

Notas relacionadas
Ir a la barra de herramientas