El Dragon Mart y el juego de la “policía china”

 
Alonso Gordoa
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Ni Francisco Córdova, presidente del Consejo Coordinador Empresarial del Caribe, ni tampoco los hoteleros líderes de Quintana Roo se han opuesto al ahora cada vez más famoso proyecto del Dragon Mart por un tema de proteccionismo o de miedo a la competencia.



Cuando ellos supieron, hace un año, sobre la intención de crear un megarrecinto para la exhibición de mercancías de origen asiático, o de cualquier latitud incluyendo México, consideraron que estaban siendo bendecidos.

Uno de los segmentos donde no es particularmente fuerte Cancún-Riviera Maya es el de turismo de negocios y, de pronto, se hablaba de una inversión de 700 millones de dólares y el arribo de miles
de asiáticos.

Fernando Chico Pardo, presidente de ASUR, también estaba contento, pues el megainmueble traería más viajeros y tráfico a un aeropuerto diseñado para seguir creciendo.

El problema de este negocio que encabeza el regiomontano Juan Carlos López es que, muy de acuerdo con el origen del capital mayoritario, nació envuelto en el misterio, como orquestado por aquella expresión de “jugar a la policía china”.

La opacidad, ha dicho Córdova, es el componente que ahora le preocupa al organismo que representa.

La verdad no es para menos, pues resulta que los detalles no han sido compartidos ya no digamos al Instituto Nacional de Migración, ya que llegarían a vivir hasta 12 mil chinos, sino que la Embajada de China en México no sabía nada del asunto.

Por si fuera poco, y así como se supone que está planteado, el inmueble contravendría normas locales como son el Plan de Ordenamiento Ecológico de Puerto Morelos y el Plan de Desarrollo Urbano.

Las inconsistencias para comunicar han sido tantas, que ya se ha generado un sentimiento de animadversión en la comunidad y ahora el proyecto se puede ir por la borda, sin importar su trasfondo real.

En el camino, incluso, se han despertado los inconvenientes sentimientos de nacionalismo y proteccionismo exacerbados, así es que también algunas organizaciones como la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) y la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin) ya se han manifestado en contra.

Sin olvidar a algunos dirigentes locales como Gabriela Delgado, presidenta de los restauranteros en la entidad.

Dado el tamaño del problema de imagen, López y su equipo buscaron a un cabildero y experto en el tema que resultó ser Marco Provencio, funcionario público hasta el gobierno de Ernesto Zedillo.

Si el “dragón comercial” no lograra caminar por Quintana Roo implicaría perder una oportunidad interesante para atraer inversiones y para generar crecimiento; la pregunta es si todavía estos empresarios tienen tiempo para probar que es un proyecto transparente, en caso
de que lo sea…



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