Si en 2011 todavía era válida la afirmación de que más allá de los problemas de inseguridad la principal razón de la caída en la llegada de cruceros a los destinos del Pacífico mexicano eran las grandes distancias entre los puertos de la zona, los resultados de 2012 hacen patente una mayor pérdida de competitividad.
En su Panorama de la Actividad Turística de México, que liberó la Escuela de Turismo de la Universidad Anáhuac durante el Tianguis de Puebla, el recuento de las cifras es alarmante.
“Durante 2012”, refiere el documento que coordina Francisco Madrid, director de esa escuela, “México continuó con una grave contracción en la recepción de cruceros, al registrarse un decremento en el arribo de embarcaciones de 22.4%, lo que significa 511 arribos menos que en 2011”.
Pero además resulta que el problema no sólo se circunscribe al Pacífico, pues incluso Cozumel, que alguna vez fue el puerto de cruceros más importante del mundo, registró un descenso de 9.2 por ciento.
La operación en Majahual cayó 25.4% y en Puerto Progreso fue del orden de 13.6 por ciento.
Mientras tanto, el arribo sólo en los puertos del Pacifico mexicano cayó 35.2% y de todos ello s el único que se salvó fue Ensenada, con una evolución de 7.9 por ciento.
Como contraparte, la reducción en Mazatlán fue de 97.5%, en Acapulco de 88.9%, en Cabo San Lucas de 38.2% y en Puerto Vallarta de 25.7 por ciento.
Eduardo González Cid, experto en el tema y hoy asesor de Félix González, presidente de la Comisión de Turismo en el Senado, encuentra que México no ha hecho la tarea ni siquiera en lo más elemental.
Los puertos de cruceros tienen costos de operación superiores a los de sus principales competidores; tampoco han sido capaces de desarrollar servicios para estos hoteles flotantes e incluso el combustible y las cargas fiscales tienden a sacar a México del mercado.
Así es que éste es un buen momento para considerar si los destinos mexicanos verdaderamente están dispuestos a iniciar un trabajo de fondo para revertir esta tendencia en picada o si se darán por vencidos y seguirán viendo cómo este negocio crece, pero en otras latitudes del globo terráqueo.
Divisadero
Globalizadores. Quien está reemplazando a Esteban Velázquez después de su inesperada salida de la globalizadora Sabre, tras una oferta por lo visto irresistible de Price Travel, es Gary Stone.
Hasta ahora dicho ejecutivo se encargaba de las soluciones aéreas de Sabre y ahora la operación se está concentrando. Volaris, que dirige Enrique Beltranena, acaba de sacar su sistema de reservaciones de Sabre para dárselo a Naviter, que hoy también ofrece este servicio a Aeroméxico que comanda Andrés Conesa.
Semana Santa. Esta columna volverá a aparecer el próximo lunes primero de abril.