Si para que el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQR) opere realmente, primero necesita recibir los recursos que le fueron asignados presupuestalmente; su mera conformación ya tiene ventajas para Cozumel y el sur del estado.
De entrada ya no se da el absurdo de que sus dos grandes destinos, Cancún y Riviera Maya, terminaran compitiendo entre sí, cuando pueden ser hasta complementarios.
Así es que si en el pasado hubo dos stands en diferentes espacios de las ferias de turismo, impulsando a los sendos trabucos turísticos; ahora su fuerza alcanza hasta para compartirla con terceros.
En el Tianguis Turístico de Mazatlán, por ejemplo, el gobernador Carlos Joaquín González y Darío Flota, titular del CPTQR, lograron rescatar vuelos y aumentar frecuencias para Cozumel, ofreciendo información de primera mano a los directivos de aerolíneas de Canadá y Estados Unidos a los que no tenían acceso los responsables del turismo en esa isla.
Otro caso interesante es el de Chetumal y el sur del estado con atractivos valiosos como cinco sitios arqueológicos mayas que reciben pocos visitantes.
También está el caso de la laguna de Bacalar, que ya se ha convertido en un destino turístico con una 500 habitaciones hoteleras, algunas con precios realmente elevados, y donde el reto es cuidar una zona que ecológicamente es muy frágil.
De hecho recientemente hubo un movimiento para tratar de cambiar la demacación política de Bacalar, con el propósito de volver más laxas las reglas de inversión y desarrollo, lo que afortunamente no sucedió.
Pero es un hecho que la riqueza natural, la belleza de la laguna y de la propia Bahía de Chetumal, terminarán convirtiendo a esa zona en otro polo de desarrollo turístico.
Y aunque el gobernador tampoco cree en las encuestas, pues ninguna le dio el triunfo como mandatario estatal; no deja de ver preguntarse qué pasará con Chetumal si López Obrador gana las elecciones y Miguel Torruco abre la Secretaría de Turismo Federal en esa ciudad.
Recientemente el candidato presidencial de Morena estuvo en Chetumal y reiteró que Sectur no estaría en Cancún, sino en esa ciudad fronteriza.
Según las estimaciones de Joaquín González, quien fue Subsecretario de Turismo en este mismo sexenio, más o menos tendrían que mudarse unas dos mil familias lo que probablemente encarecería el mercado inmobiliario en Chetumal.
De hecho dice, en broma y no, que si le ofrecen un buen precio les podría vender el Palacio de Gobierno para que pongan allí la dependencia.
Pero lo que le causa más curiosidad, es cómo una dependencia que necsita interactuar con otras que cuentan con más recursos, irá a dar buenos resultados desde ese rincón del país.
Sin olvidar que Fonatur estaría en Bahía de Banderas y que prácticamente todo el gobierno federal estaría desperdigado.
Un asunto complicado incluso en situaciones de emergencia, como fueron los recientes terremotos que obligaron a concentrar a los miembros del gabinete en un lapso mínimo de tiempo.
Si se da el caso ya les daremos la bienvenida, dice sonriente el gobernador.